«Los pacientes tienen mucho miedo... y están solos»

La Tribuna
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Es uno de los centros con mayor número de defunciones por coronavirus

El miedo y la soledad en el Hospital del Valle - Foto: Yolanda Lancha

El Hospital Virgen del Valle está infectado por coronavirus. Dedicado casi por completo a su lucha. De sus cuatro plantas solo la primera permanece teóricamente libre de la enfermedad. El personal sanitario que allí trabaja combate de forma desigual contra la pandemia, aceptando resignados la falta generalizada de material, pero lamentando sobre todo la situación dramática de sus pacientes.

Carmen, nombre ficticio de una profesional que allí trabaja y que prefiere no dar su verdadera identidad, asegura que los pacientes del geriátrico «tienen mucho miedo... y están solos».

«Es una situación muy triste. Los pacientes están aislados, no pueden ver a sus familiares y se sienten solos. Están muriendo solos y eso es muy duro de aceptar», afirma Carmen, que reconoce que en el Hospital de la Valle es más dura la carga psicológica que física por la acumulación de trabajo.

Con todo, los trabajadores del geriátrico hacen todo lo posible por animar a sus pacientes, y no han dudado estos días en crear una cuenta de correo electrónico a la que los familiares mandan cartas y fotos.

No hay que olvidar que la mayoría de las personas mayores no se adaptan a las tecnologías, o directamente no pueden ni usar un teléfono móvil por su enfermedad, por lo que la labor del personal sanitario del Virgen de la Valle se está haciendo estos días más indispensable si cabe.

«Les llevamos las cartas, les enseñamos las fotos y, si alguno no sabe leer, como muchas veces es el caso, se las leemos nosotros», explica Carmen sobre una labor, la suya, que está yendo más allá de lo puramente sanitario.

Los trabajadores del geriátrico saben que la situación allí es crítica, y por eso aplauden con efusión cada alta que se da estos días en la planta cuarta del hospital. Fue la primera que se cerró con coronavirus cuando empezó la pandemia, y es por eso que de ella ya han salido restablecidos los primeros dos pacientes.

Con todo, la lucha contra el virus sigue siendo titánica y, encima, sin los medios adecuados.

Los profesionales sanitarios solo disponen de un equipo de protección individual (EPI) por planta, por lo que deben compartirlo y desinfectarlo, con el consiguiente riesgo de contagio de médicos y enfermeras.

Muchos trabajan con evidentes signos de coronavirus, pero la lentitud en la pruebas (tardan hasta cuatro días en dar los resultados) o el hecho de que muchos solo presenten síntomas leves, les hace seguir al pie de cañón con el consiguiente riesgo para enfermos y compañeros.

«Si nos hicieran los test a todos yo calculo que podríamos tener coronavirus en 70% de la plantilla», admite Carmen, que sabe que sin cita previa en Salud Laboral y evidentes signos a nadie le hacen la prueba.

Además, lamentan que la gerencia del Complejo Hospitalario no les deje equiparse con bolsas de basura encima de sus trajes. La imagen ya es un clásico de médicos y enfermeras, y en el Hospital del Valle aseguran que lo van a seguir haciendo a pesar de la prohibición; no solo por ellos, sino más bien por evitar contagiar a sus familiares.

Con todo, desde este fin de semana, parece que el equipo comienza a llegar con cuentagotas. Antes no tenían mascarillas para todos, y tenían que reutilizarlas tras limpiarlas con dilución de lejía. «Lo único que pedimos es material suficiente para protegernos, para poder trabajar y atender lo mejor posible a los pacientes que lo están pasando tan mal», se lamenta Carmen.