Ni el frío ni la lluvia impiden que el Consejo de la Mujer celebre su habitual concentración mensual contra la violencia machista. Y más aun en un mes en el que se han encedido tres velas en homenaje a las víctimas de crímenes machistas. Lo vivido recientemente en Sueca, Valencia, con el asesinato de un niño de 11 años, enfocó el discurso de este primer martes de mes hacia la violencia vicaria, «aquella que el maltratador hace contra sus hijos, solo con el objetivo de hacer daño a la mujer».

Así lo explicaron los encargados de leer el manifiesto este mes de abril, Tomás Ruiz y Esther Arroyo, ambos representantes de la Asociación de Vecinos 'La Verdad'. En este sentido, apuntaron que la violencia vicaria «es la más cruel y despiadada, porque causa un daño irreparable y destruye a la mujer» en palabras de Tomás Ruiz. Añadieron, en forma de cifras, que ya son 47 niños y niñas los que han sido asesinados a manos de su padres bológicos o parejas de la madres desde que empezó a contabilizarse este tipo de delitos allá por el año 2013. Pese a la gravedad de esta violencia extrema, Esther Arroyo mencionó en su lectura del manifiesto que cuenta con la complicidad de la sociedad, refiriéndose a que «se cuestiona permanentemente a las mujeres, privándolas de su autoridad y poniendo en duda su palabra».

Ellos insistieron en la importancia de seguir celebrando estas concentraciones mensuales, por el hecho de que «el silencio y la resignación no es la respuesta adecuada ante los crímenes que se siguen produciendo». Tomás Ruiz animó a cambiar el chip con la idea de que los problemas de casa se quedan en casa, matizando que si se trata de malos tratos «es un problema de ámbito público», por lo que terminó lanzando la crítica de que no se está yendo en la dirección adecuada, ya que «no se toman las medidas necesarias, ni por la sociedad, ni por los diferentes gobiernos».