«No hay más patología cardiovascular en jóvenes»

M.G
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Alejandro Berenguel, cardiólogo de HM IMI Toledo, lanza un mensaje sobre la importancia de mantener a raya los factores de riesgo y de acudir periódicamente a revisiones. Asegura que el 80% de las muertes podrían llegar a evitarse

«No hay más patología cardiovascular en jóvenes»

Hoy se celebra el Día Mundial del Corazón. ¿Qué se puede decir de esta cita que se celebra todos los 29 de septiembre?

Aunque todos los años tenemos un día especial para celebrar algo y está muy bien recordar esta fecha para resaltar la importancia de las enfermedades cardiovasculares, su prevención y su cuidado, el mensaje que debería calar es que todos los días debería celebrarse el Día del Corazón porque estas patologías son la principal causa de muerte en el mundo desarrollado, por encima de las enfermedades infecciosas, del cáncer y de los accidentes de tráfico. Las enfermedades cardiovasculares son tremendamente frecuentes y tenemos que tenerlo muy presente a la hora de cuidarnos y de hacernos chequeos periódicos.

Llama la atención su elevada incidencia a a pesar de que se ha avanzado mucho en prevención.

Estas enfermedades se producen fundamentalmente por los factores de riesgo. Lo más frecuente es el infarto de miocardio, la angina de pecho y la insuficiencia cardiaca. El 80% de las muertes por causa cardiológica podrían prevenirse si se tienen a raya los factores de riesgo:la hipertensión, el colesterol elevado, el tabaco, la obesidad, el sedentarismo y el estrés, entre otros.

Los cardiólogos insisten en las revisiones periódicas. ¿Está la población  más concienciada con la necesidad de acudir con relativa frecuencia a revisarse el corazón o se acude con síntomas o temores?

No se acude de la misma manera con la que se realizan las revisiones ginecológicas y del urólogo, que son citas que están muy metidas en las neuronas de la población. No es tan común que la gente se haga una revisión cardiológica preventiva para saber cómo se encuentra. Todavía falta, pero gracias a las campañas de difusión  y a los medios de comunicación poco a poco la gente va tomando un poquito más de conciencia.

También es cierto que los deportistas sí acuden más y están más concienciados, quizá también por los casos conocidos de muerte súbita en el mundo del deporte de alto nivel. No hay que olvidar que con pruebas sencillas, un electro, una ecografía del corazón y una prueba de esfuerzo se detectan el 95% de causas que pueden llevar a la muerte a un deportista. Pero el resto de la gente que no practica deporte y no siente ningún síntoma trata de cuidarse, pero no suele acudir al médico a realizarse unos análisis o una revisión.

Comenta que el 95% de las patologías del corazón se pueden detectar con pruebas sencillas en la consulta... Aun así, ¿habría que realizar más pruebas para detectar también todas las patologías relacionadas con las coronarias?

La muerte súbita la puede tener cualquier persona, un deportista y una persona que no haga nada. Sin embargo, cuando se hace deporte se somete al corazón a un estrés adicional y el deportista es más vulnerable o propenso a sufrir problemas si el corazón está enfermo. Por el contrario, si tiene un corazón sano puede practicar deporte sin ningún problema. El chequeo completo tanto para los deportistas como para el resto de población es prácticamente igual, con electrocardiograma, análisis, una ecografía y una prueba de esfuerzo.

Sin embargo, cuando con las pruebas convencionales sospechamos que hay problemas en las coronarias se hacen otras específicas y de imagen más avanzadas, como un escaner de las coronarias, una resonancia cardíaca o el cateterismo, entre otras, pero se dejan para casos concretos y con elevada sospecha de problemas en las coronarias.

Hablaba de los factores de riesgo. ¿Qué papel juega el estrés en la patología cardiovascular?

Suelo decir que el estrés es la gota que colma el vaso. En sí el estrés no es un factor de riesgo, más bien es un factor desencadenante. Si tenemos colesterol, la tensión alta y fumamos   se generará la enfermedad arteriosclerótica y las arterias se obstruyen y en determinado momento puede producirse un infarto. Pero el estrés, tanto en un momento puntual como crónico y acumulado en el tiempo, provoca cambios en el organismo, eleva la presión arterial, aumenta la frecuencia cardiaca y la adrenalina y provoca que una enfermedad subyacente dé la cara. Pero el estrés no es la causa primigenia del problema, aunque sí desemboca en el infarto.

¿Se observa un aumento de la patología cardiovascular en la población cada vez más joven?

No. Lo que sucede con la gente joven es que cada vez somos más precisos a la hora de diagnosticar los problemas. No hay más enfermedad y las estadísticas son más o menos similares, pero la diferencia es que ahora somos más agudos a la hora de diagnosticar el problema y por eso encontramos patologías en gente joven que antes pasaban desapercibidas porque no acudían al médico o no había medios para detectarlos. Normalmente, la cardiopatía isquémica, la enfermedad más frecuente aumenta su incidencia a partir de los 50 y 60 años. Los problemas que aparecen por debajo de esas edades suelen ser distintos, de nacimiento, de válvulas, entre otros, aunque también hay infartos en personas menores de 35 años porque tienen muchos factores de riesgo, antecedentes familiares o una mala genética.

Llama la atención que los estudios  médicos apunten que se producen cuatro millones de muertes anuales en el mundo derivadas del colesterol alto. ¿Se le da suficiente importancia a este factor de riesgo?

El colesterol es uno de los grandes factores de riesgo y su problema, como sucede también con la hipertensión o la diabetes, es que es silente. Se puede tener colesterol alto en sangre y no saberlo salvo que uno no se haga un análisis y empiece a poner soluciones, como hacer deporte, una dieta o pastillas para el colesterol. Un colesterol alto termina obstruyendo las arterias coronarias. No avisa y este factor y otros son asesinos silenciosos. La hipercolesterolemia es tremendamente frecuente en el mundo desarrollado y  mucha gente tiene niveles de colesterol elevados sin saberlo, algunos por problemas genéticos, pero la mayoría por los hábitos diarios, sobre todo, por la comida rápida e insana, la obesidad y sedentarismo.

Se habla poco de la prevención y el cuidado del corazón durante la menopausia.

Es un tema que tenemos muy presente los cardiólogos. Los infartos por debajo de los 60 años son mucho más frecuentes en los varones porque la mujer hasta los 55 años más o menos tiene la protección hormonal por los estrógenos y son protectores del sistema cardiovascular. Pero cuando se llega a la menopausia y se deja de segregar esas hormonas la protección empieza a desaparecer y el riesgo cardiovascular empieza a igualarse al de los hombres.Incluso con el paso de los años los infartos pueden ser más frecuentes en las mujeres. Lo tenemos muy presente y la menopausia es un periodo crucial en el que la mujer tiene que revisarse el corazón.

¿Observa que la patología cardiovascular se haya agravado con la pandemia por miedo a ir al médico, porque la atención sanitaria estaba volcada con el coronavirus?

Sí. En el confinamiento se elevó el sedentarismo, el aumento de peso y de hipertensión y el colesterol en gente que ya tenía problemas de corazón. También es cierto que el sistema sanitario estaba volcado con el coronavirus y también ha habido gente con miedo a acudir al médico  por si se contagiaba.

¿El covid ha provocado también enfermedades cardiovasculares con frecuencia?

No es muy frecuente la afectación vírica en corazón, pero ha habido casos de pericarditis o miocarditis. Aun así, han sido menos frecuentes de lo que en princpio pensamos.