El olor delata. Un paseo por la ronda del Valle es suficiente para, nada más cruzar el hotel Los Cigarrales, notar que en el ambiente flota un leve hedor a aguas residuales. Por esa zona discurre el arroyo de la Cabeza, procedente de la zona de la Pozuela, y es por su cauce por donde baja hasta el Tajo este vertido.

En esa zona existe un colector del Ayuntamiento de Toledo que se encarga de canalizar todas las aguas residuales de las viviendas de esa zona, pero no se sabe si la suciedad que está llegando al río es debido a una rotura de ese colector o a un vertido directo de alguien al cauce.

Muchos toledanos que a diario pasean por esta zona de la ciudad para dar la vuelta al Valle se han percatado del mal olor, y a este diario le consta que algunos ya han avisado a los agentes de vigilancia  denunciando la situación y pidiendo que se investigue al respecto.

Y es que, en el último mes y medio se han producido episodios de espumas en la superficie del río Tajo que han llevado a muchos a pensar que se están produciendo vertidos incontrolados al río.

Aunque la Confederación Hidrográfica del Tajo ha descartado que los últimos episodios de espumas registrados en el río a su paso por Toledo estén producidos por algún tipo de vertido directo de aguas residuales, la verdad es que muchos en la ciudad miran con desconfianza la situación.

Sobre el hecho concreto de que se trate de espumas indican desde la CHT que pueden presentarse tanto «de forma natural o como consecuencia de la contaminación química del agua».

Con todo, muchos toledanos piden que se confirme el origen de las espumas con datos científicos, algo que hasta el momento no se está realizando.

arroyo del morterón. Además del vertido que está llegando al Tajo procedente del arroyo de la Cabeza, unos cuantos kilómetros río abajo también hay una zona sobre la que se han producido denuncias ciudadanas de potenciales vertidos. Se trata del conocido como arroyo del Morterón, que discurre por la zona de Montesión. En los últimos días el cauce baja con agua, algo muy poco habitual sin presencia de lluvias, y ese agua tiene un fuerte olor. Lo mismo ocurre en la zona del arroyo Carrasco o de las Zorreras, muy cerca de Valparaíso, donde también podría estar produciéndose un vertido intencionado o causado por una avería en algún colector.

La misma situación se vive cada cierto tiempo en la zona del arroyo Aserradero, que baja desde Bargas hasta el Salto del Caballo, en la capital. Allí el mal olor a aguas fecales es desde hace años recurrente.