Nunca un cronograma ha despertado tanta atención como la del traslado al nuevo Hospital Universitario de Toledo, una operación compleja que exige una gran coordinación, colaboración y calendario para que el engranaje funcione a la perfección y la mudanza se realice con todas las garantías y sin afectar a la actividad sanitaria. Resulta complejo definir la envergadura de la operación «más compleja» de la historia sanitaria de la región, como apuntó esta mañana el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante la presentación de esta costosa planificación que se alargará más de seis meses. El traslado se plantea en dos fases, la primera entre el 16 de noviembre y finales de febrero, se centrará en la actividad ambulatoria, las consultas y el hospital de día, y una segunda en la que se abordará el grueso de la atención hospitalaria, incluida la pediátrica, que se iniciará en abril y terminará a principios de junio.

El calendario destaca en rojo junio porque se trata del mes previsto para que el Hospital Universitario esté operativo al completo, a falta exclusivamente de las unidades de radioterapia y de medicina nuclear, servicios nuevos que se pondrán en marcha una vez que se complete la mudanza. En ese sentido, aún es pronto para ofrecer detalles, pero el Sescam ya tiene lista la contratación de los jefes de estas unidades para coordinar su arranque.

El Sescam lleva meses planificando el traslado, un plan en el que se han volcado más de sesenta especialistas en un minucioso diseño sobre «una operación de meticulosa preparación y altísimo riesgo». Page subrayó que este traslado es pionero porque es el más complejo y, sobre todo, supone «una inversión descomunal desde el punto de vista económico, y desde el punto de vista de la energía. E incluso desde el punto de vista jurídico y urbanístico». Y no pasó por alto que con el dinero extra que ha desembolsado la Junta en indemnizaciones por el hospital y en inversiones para mantener activo el actual se podrían haber puesto en pie «bastantes centros de salud».

El nuevo hospital estará completamente operativo en junio - Foto: Yolanda LanchaEl Gobierno regional quiere ser muy escrupuloso con las fechas y dispone de un cronograma ajustado en el que no entran demoras. Si bien, la pandemia por coronavirus continúa y el Sescam estaría preparado para suspender el traslado en caso de que los casos se disparen y la presión asistencial se desborde. En relación al virus, Page respondió a los críticos sobre un supuesto retraso del traslado al nuevo hospital e insistió que hubiera sido imposible abordarlo antes porque la epidemia en primavera no lo permitió y hubiera supuesto muchas muertes  empeñarse en realizar esa operación entonces. Además, desencadenó «una paralización administrativa y legal» que también impidió algo que hubiera sido temerario, «mandar a los profesionales sanitarios a realizar la mudanza».

«Este hospital es todo lo contrario al de Ifema porque no se trata de una nave para abrir la puerta y entrar es una operación de altísimo riesgo que  va a llevar más de seis meses».

futuro prometedor. El nuevo hospital destaca por su tamaño y por su carácter universitario. Además, Page considera que una vez que finalice el traslado pasará  a ser «la mejor red de hospitales del país en términos de actualidad, de modernidad, con todas sus infraestructuras y, además con capacidad, porque no hacemos hospitales de juguete».

Page lanzó críticas a su antecesora Dolores Cospedal, y recordó una de sus pocas conversaciones en las que le dijo que pararían el hospital porque era una obra «faraónica». Si bien, Page no se queda callado porque «las pirámides se hacían para enterrar a una sola persona y este hospital es para lo contrario, para curar».