Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


¿Qué es lo suficiente?

17/03/2022

Quién esté libre de contradicciones que tire la primera piedra. ¿Cuántas veces sometemos nuestro razonamiento al debate entre un enunciado y su contrario? Buena parte de esos dilemas derivan del conflicto que nos provoca confrontar valores que defendemos con la realidad en que vivimos. En ocasiones, aunque dolorosas, también sirven para crecer. Nietzsche afirmaba que uno es fructífero solo a costa de ser rico en ellas. Enfrentarnos a esas trampas existenciales es una invitación a reflexionar sobre el destino y, si las resolvemos, despejar dudas que nos atenazan o confunden.
No hay patrones para saber cómo afrontar cuantas contradicciones nos salen al paso. Nos declaramos antibelicistas, pero hoy daríamos cualquier cosa por ver a Putin derrotado, poniendo fin con ello al sufrimiento ucraniano. Queremos evitar la guerra, pero mandamos armas a quienes son más débiles para que la misma no sea desigual y frenen al monstruo que todos abominamos. Acogemos solidariamente a miles de refugiados y aplaudimos su evacuación, pero a la vez dejamos el campo de batalla libre de civiles para que la destrucción continúe y sobre nuestras conciencias no caiga el peso de cuantos inocentes puedan morir allí. ¿Acaso entonces, los militares fallecidos en los frentes no nos generan idénticos remordimientos o es que, en realidad, ya hemos normalizado esa parte de la crueldad que toda guerra conlleva?
Y mientras el infierno de Ucrania convive en nuestras televisiones con las últimas frivolidades de los clanes Jurado o Pantoja, otros cuarenta y cuatro subsaharianos, entre ellos tres mujeres y dos bebés, perecieron ahogados el lunes pretendiendo llegar a las Islas Canarias. Hace ya años, en 1978, cuando la tensión entre Argentina y Chile por el canal del Beagle estaba a punto de provocar un conflicto armado, León Gieco escribió 'Solo le pido a Dios', uno de esos himnos icónicos que cantado por Mercedes Sosa, Ana Belén, Pete Seeger o Antonio Flores concita nuestros mejores sentimientos. Que el dolor, la injusticia, la guerra, el engaño y el futuro -¿recuerdan?- no nos sean indiferentes, ni que la reseca muerte nos encuentre vacíos y solos sin haber hecho lo suficiente. Pero… ¿qué es hoy lo suficiente? En estos momentos, ni aun bajando la calefacción a 17º como la 'magnánima' Ana Patricia Botín, confieso que yo no lo sé.