«Toledo dio la espalda a Alfonso X en sus últimos años»

M.G
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El catedrático de Historia Medieval de la UCLM y comisario de la exposición 'Alfonso X: El legado de un rey precursor' explica el recorrido de la muestra que se inaugura en el Museo de Santa Cruz y su papel como comisario de la exposición

«Toledo dio la espalda a Alfonso X en sus últimos años» - Foto: Yolanda Lancha

Arranca la exposición 'Alfonso X: El legado de un rey precursor' después de muchos meses hablando de ella. ¿Qué ofrecerá durante los tres meses que permanecerá en el Museo de Santa Cruz?

Esta exposición muestra un recorrido por los 63 años de vida de Alfonso X, aunque en la mitad de ellos fuera infante. La muestra está articulada en cinco apartados y el primero se dedica a su faceta como infante. Además, como nació en Toledo y estamos celebrando el VIII Centenario del Nacimiento, algunas piezas representarán la ciudad tan arabizada que había en estos momentos. También habrá una subsección dedicada al lugar donde nació, las Casas de Galiana, que se encontraban en el complejo de Santa Fe. Hace algunos años se realizaron excavaciones y aparecieron algunos restos que también se han expuesto. Y tenemos otra subsección dedicada a la familia. Alfonso X fue un personaje vinculado a una familia importante, ya que su padre fue Fernando III, casado a su vez con la alemana Beatriz de Suabia, y de ahí vino su pretensión al trono imperial.

La segunda parte de la muestra trata la figura del rey político y gobernante. Es una sección densa porque se articula en varias subsecciones. Comienza con su relación con Toledo. Nació aquí y después vino a la ciudad de vez en cuando, concedió privilegios al Ayuntamiento y a la Catedral y son detalles que se contemplan en la exposición. La imagen del rey también destaca, ya que aparece en muchísimas obras y fue el monarca más representado en imagen de toda la Edad Media porque buscaba la propaganda política de esta manera. Además, la exposición añade su figura como conquistador porque , su conquista de parte de Andalucía y el proceso de repoblación, también fue significativo.

La organización de la administración también se ha incluido como sección en la exposición porque Alfonso X dio mucha importancia a la Cancillería, donde se redactaban los documentos reales. También hubo otra faceta que enlaza con la figura del rey creador, el interés que tuvo por la Historia. Él mandó compilar las obras, aunque no las escribía, algo que reconoció en algunos de sus textos, porque se remitía al pasado para legitimar su presente. y de ahí tenemos varias obras por escrito que ha cedido la Biblioteca Nacional...

Imagino que las leyes también disfrutan de un importante espacio en esta muestra.

Sí. Fue un rey precursor, se adelantó a su tiempo por tener unas ideas innovadoras para su época para ser un rey del siglo XIII en una sociedad feudal. Alfonso X pretendió tener una autoridad completa a pesar de que el poder lo tenían la Iglesia y los nobles y fue el motivo por el que planteó tantas leyes. Pretendió terminar con esa dispersión legislativa de los fueros y promulgó el Fuero Real, que terminó concediéndolo a varios sitios pero no consiguió implantarlo del todo.

La exposición también contempla sus pretensiones como emperador al Sacro Imperio Germánico. A continuación, tenemos la sección de sabio, el scriptorium alfonsí, el lugar en el que se escribían los textos y se concentraba parte del trabajo. Además, se resalta la parte científica y su afición a la astronomía, muy ligada también a la astrología y la magia. Hay que tener en cuenta su actividad, ya que las tablas astronómicas estuvieron en vigor hasta el siglo XVI.

Acaba de hablar de la importancia de las leyes en su reinado y las Siete Partidas es su obra por excelencia. Hay un debate abierto entre los historiadores e investigadores por las dudas que existen sobre si Alfonso X pudo culminarlas durante su reinado o algunas de las partidas se redactaron posteriormente.

Se considera que las Siete Partidas se hicieron en su época, pero es verdad que no se pudieron promulgar y un siglo más tarde, con Alfonso XI, se aprobaron.

¿Cuáles han sido sus primeros pasos como comisario de la exposición?

Cuando se piensa que se quiere que sea una gran exposición la iniciativa requiere un comité científico. El que ha soportado una gran parte de peso del centenario es Martín Molina, que le nombraron desde el Ayuntamiento coordinador general de la efemérides y se puso en contacto conmigo. Enseguida le comenté que había que formar un equipo y se pensó en Miguel Ángel Ladero, que fue catedrático y es académico de la Real Academia de Historia, Inés Fernández Ordoñez, catedrática de Filología de la Universidad Autónoma y académica de la Lengua; María José Llop, profesora de la UCLM, y Juan Carlos Ruiz Souza, profesor de Arte de la Complutense, pero falleció al poco tiempo.

Todos nos pusimos a trabajar y cada uno aportamos ideas para traer piezas a cada una de las secciones de la exposición.

¿Se suele cambiar muchas veces el guión de una exposición de estas características durante el proceso previo al montaje?

Siempre hay que cambiar algo, pero el discurso inicial se ha mantenido todo este tiempo. Se han expuesto las ideas, se han planificado las secciones y los textos que acompañan a las piezas… Lo único que suele cambiar son algunos detalles si no se consigue alguna pieza que se había pensado.

La exposición cuenta con unas 180 piezas. ¿Lo más laborioso ha sido conseguir las obras que vienen de fuera de España?

Sobre este tema también ha habido alguna pequeña complicación. Sí, lo más complicado ha sido traer el codicilo, es decir, las últimas voluntades, una pieza que viene de Lisboa, pero finalmente va a estar presente en esta exposición.

¿Se ha quedado con ganas de traer alguna pieza que finalmente no se haya prestado?

Sí. Podía haber venido el Códice Rico, que se encuentra en el Escorial, pero Patrimonio Nacional no ha aceptado. Se trata de una de las cuatro versiones que existen y es la más importante. No nos la han dejado aunque lo hemos intentado. Nos dijeron que iban a plantear ellos una exposición. Sin embargo, la Biblioteca Nacional se ha portado magníficamente y de allí vienen catorce piezas.

La Catedral de Toledo tiene mucho peso también en la exposición gracias a su colaboración  y la cesión de algunas piezas, ¿no?

Sí, sin duda. La Catedral aporta piezas muy importantes, como la famosa corona de Sancho IV, y una Virgen que va a ilustrar la devoción mariana. Aunque fue de la Catedral, y terminó con la Desamortización en la Biblioteca Nacional, también habrá un ejemplar de las Cantigas.

La exposición también ha impulsado la restauración de algunas obras que forman parte este recorrido por la vida del monarca.

Sí. Algunas piezas se han restaurado en estos meses. Ha habido que hacerlo, por ejemplo, con el cuadro de Matías Moreno, sobre la conquista de Cádiz, que viene del Museo del Prado. Es una obra que tiene unas dimensiones enormes y en esta última semana ha habido que estudiar cómo subir el cuadro a la planta de arriba del Museo de Santa Cruz, donde se ha montado la exposición.

También hace pocos días llegó desde la Casa de la Moneda la representación de las monedas. Del Museo Arqueológico Nacional trajeron una virgen y del Museo de Escultura de Valladolid otra virgen más. Y llegó días antes el bonete del infante don Felipe, un hermano de Alfonso X, y parte de un conjunto funerario de Jiménez de Rada, también muy interesante.

La escenografía y la estética de la muestra, ¿ayuda a entablar ese diálogo que busca la exposición con el espectador?

Todo está muy cuidado y ayuda mucho. El montaje expositivo se encargó a la empresa toledana AMA. Lo han cuidado mucho y siempre han estado muy al tanto. Esperemos que el resultado guste al público.

Desde hace meses se habla de esta gran exposición como el pilar central de la celebración del VIII Centenario del Nacimiento de Alfonso X en Toledo. Si la muestra termina teniendo mucho éxito, ¿habría posibilidad de prorrogarla más allá del 19 de junio, como ocurre con otras muestras?

No se ha contemplado esta posibilidad. Es difícil prorrogar una exposición de estas características porque con los libros, los pergaminos y el papel hay que tener especial cuidado, llevan controles de humedad y de temperatura y entraríamos en verano. Además, está todo tasado y con seguros. Imagino que alargarla requeriría un presupuesto extraordinario y tampoco sé si todas las entidades estarían dispuestas a prorrogarla. De todas formas, tres meses no está mal para una exposición.

El Museo de Santa Cruz ha acogido exposiciones muy exitosas, como la de Carolus en su momento o la dedicada al Greco en el año que se celebró el IV Centenario de su fallecimiento. ¿Da vértigo montar una muestra de Alfonso X  teniendo estos importantes referentes? ¿Cree que la muestra gustará de manera similar a las anteriores?

Son temas diferentes y El Greco, por ejemplo, no tiene nada que ver con Alfonso X. El Greco es un pintor universal y para Toledo el Año Greco dejó una gran impronta, la exposición generó un gran interés, tuvo largas colas y las entradas se agotaron pronto. Fue algo inesperado, creo, pero sinceramente no creo que vayamos a llegar a esa situación con Alfonso X, aunque ojalá fuera así. Me conformo con que tenga un buen número de visitantes y funcione el boca a boca para que se conozca. Y como viene el Rey será un espaldarazo importante a nivel mediático.

¿Está viviendo Toledo este VIII Centenario como prometía  o está pasando más desapercibido de lo que se esperaba?

No lo sé. Hay que pensar que coger un año y rellenarlo de actividades es complicado y ya tienes que tener mucha imaginación. Se están llevando a cabo actividades, por ejemplo, todos los jueves se están celebrando conferencias en el Museo del Ejército y algunos de los ponentes participan en un gran catálogo que también saldrá a la luz con motivo del centenario. Además, la Universidad de Castilla-La Mancha va a organizar un congreso y la Escuela de Traductores, otro. Aun así, es verdad que con los congresos la ciudad en sí no participa como con otro tipo de iniciativas.

Alfonso X nació en Toledo y a lo largo de su vida vino varias veces a la ciudad, pero no demasiadas. ¿Estamos edulcorando el vínculo de este rey con Toledo? Parece que no fue tan estrecho como se suele plantear.

En Toledo estuvo unas diez veces en los 32 años que gobierna, algunas si no de paso, casi. Y sólo en una de ellas estuvo un año y coincidió con la publicación de las tablas alfonsíes.

Es cierto que en los últimos años de su vida Toledo dio la espalda a Alfonso X. Él fue a entrevistarse con el Papa en el año 1275 y ya el Papa le dijo que no contara con él y se olvidara de sus pretensiones al trono germánico. Y ese año coincidió con que Alfonso X fundó Ciudad Real, conocida como Villa Real, y tuvo problemas familiares porque su hijo mayor, Fernando de la Cerda, destinado a sucederle por ser el primogénito tuvo la desgracia de sentirse enfermo y murió. La situación fue muy complicada porque en ese mismo año el arzobispo de Toledo, Sancho de Aragón, cuñado de Alfonso X al ser hermano de su hermana Violante, murió también en un enfrentamiento, y los problemas vinieron porque Sancho, el segundo de los once hijos de Alfonso X quiso el trono porque consideraba que le correspondía como siempre se había hecho en el trono de Castilla y no contó con que no sería así.

En este caso, como murió el heredero y en Castilla se imponía que la sucesión era para el siguiente hijo varón, se supone que  para Sancho. Sin embargo, Alfonso X en las Partidas estableció que, si el heredero moría, el trono recaería en su hijo y no en su hermano, y Fernando de la Cerda tenía dos hijos, con lo que le correspondía a uno de ellos y no a Sancho.

Al final, hubo un enfrentamiento entre el padre y el hijo y marcó los últimos años del reinado, con una crisis política importante y también a nivel personal y familiar. Cada uno intentó buscar sus partidarios y Sancho aprovechó la coyuntura de que la política de su padre había ido en otra dirección, contra la nobleza y la Iglesia, y aprovechó para traérselos a su lado, de tal manera que Sancho, no siendo rey, confirmó los privilegios de la Catedral de Toledo y de su ciudad, y ahí se observa que la ciudad y la Catedral se pusieron del lado de Sancho y le dieron la espalda a Alfonso X, lo que obligó al rey a marcharse a Sevilla y pasar allí los últimos años hasta su muerte.

Si tuviera que definir a Alfonso X con algunos adjetivos, al margen del conocido sabio, ¿qué diría?

Creo que fue un rey un poco polémico para su época. El final de la exposición lleva como epígrafe 'el rey y la historiografía' y la muestra recoge doce o catorce opiniones de distintos historiadores, aunque en el catálogo que se publicará irán más, unas treinta, y se ve las distintas interpretaciones de la figura de Alfonso X. Unos lo ensalzan mucho y otros no.

Una de las opiniones más conocidas es la del Padre Mariana, que dijo algo así que de tanto mirar al cielo y a las estrellas Alfonso X se olvidó de lo que pasaba en la tierra. Se trata de una opinión muy extremista, evidentemente, pero demuestra que fue un rey muy polifacético porque tocó muchas teclas, como suele decirse, y un poco polémico porque intentó aportar ideas nuevas para lo que era la época. Aun así, por mucho que quiso imponerlas las fuerzas que estaban lo impidieron y no lo consiguió. Y la crisis sucesoria también lo impidió.