Los cuidadores de colonias de gatos piden más tiempo

J. Monroy
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Tras unos días días sin permiso, han logrado medio hora tres días por semana, lo que les parece insuficiente, según han comunicado ya al Ayuntamiento

Los cuidadores de colonias de gatos piden más tiempo

En el cementerio de Toledo viven 110 gatos. Para dar de comer a los 51 de una de sus colonias, recoger la comida sobrante, cuidados veterinarios y controlar las camadas de cachorros (que sin la pertinente castración se están dando), el Ayuntamiento ha permitido a la Asociación Ecológica Felina acceder a las instalaciones media hora tres veces por semana (lunes, miércoles y viernes). Se trata, apunta la responsable de la colonia, de un periodo totalmente insuficiente, como ya le ha hecho llegar al Ayuntamiento por escrito en una petición de más tiempo.

Porque a la postre, cuando la Asociación entró el viernes, solo encontró el cadáver de una cría. Es un ejemplo de las consecuencias de la falta de cuidados.

El problema es que si desde el 18 de marzo el Gobierno decretaba que se podía entrar en los espacios donde estaban los animales callejeros para comer, no se pudo entrar en Toledo hasta el 30. Porque al  principio, no podían ni acercarse a las colonias y solo después de mucho presionar, el Consistorio dio permiso para que las asociaciones se acercaran por fuera tres días por semana, cuando los gatos, acostumbrados a estar dentro de un recinto no salían, y si salían podrían atropellarlos. Todo ello, denuncian las organizaciones animalistas, cuando el Ayuntamiento hizo una serie de manifestaciones que no entienden: no había espacios abiertos y las condiciones para dar de comer a los animales «eran pésimas».

No había comederos habilitados para animales. Y, por ejemplo, la Asociación Felina optó al final, para evitar los atropellos, por dar de comer a los gatos del cementerio colgados de un pretil a más de tres metros. Y así no podían comer todos los animales. Su colonia tiene 51 gatos, y a lo sumo acudían quince, y los demás desconocían hasta si estaban vivos. Además, todo el pienso sobrante, no se podía recoger. En el parque de las Tres Culturas no se podía dar de comer a las ocas, porque no se desplazan tanto espacio.

A la postre, el Consistorio dejó hora y media a la semana para alimentar a los gatos del cementerio, y de igual forma a los gatos y ocas del Tres Culturas. Son las dos únicas zonas para las que los cuidadores tienen autorización por Whatsapp para salir a dar de comer a los animales callejeros, y tienen, lamentan, un tiempo insuficiente.