Un adoquín poco longevo

J. S. Rodríguez
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El arquitecto y tiktoker Antonio 'glezmayo' afirma que los adoquines tradicionales funcionan mejor que los modernos debido a su forma geométrica

Operario finalizando un solado de adoquines en Toledo. - Foto: Yolanda Lancha

Las calles del Casco siempre han sido famosas por sus singulares solados. Desde los irregulares empedrados que aumentan el ritmo cardíaco de aquellos pies que se atreven a caminar con tacón, hasta los socavones de un adoquinado descuidado que sacude la amortiguación de los vehículos al ritmo de rock and roll.

Ante este galimatías urbanístico, el arquitecto y profesor de diseño constructivo Antonio 'glezmayo' ilustra las deficiencias de este tipo de solados a través de su cuenta 'arquitecturayvecindad' en la red social TikTok. Con más de 20.000 seguidores y millones de visitas, Antonio toma como ejemplo en uno de sus vídeos el nuevo adoquinado de la calle de los Reyes Católicos de Toledo, en el que expone las deficiencias de un adoquinado moderno que tendrá que ser reparado en unos 10 años, en comparación con la mayor longevidad del adoquinado más tradicional.

Según explicó Antonio a este periódico, la diferencia principal de estos adoquines reside en su geometría y en el tipo de tráfico de las vías. Por un lado, los adoquines modernos, con forma de prisma rectangular y poco canto actuán de manera que «cuando reciben la carga de vehículos pesados, empiezan a moverse y a girarse independientemente, provocando roturas», mientras que el adonquín tradicional, con forma de prisma trapezoidal y  mayor canto que los modernos, «se adapta mejor a las cargas, ya que cuanto más se aprietan más encajados quedan, trabajando como las dovelas de un arco escarzano».

Con ello, Antonio apunta que el contexto actual no permite la regresión al adoquín tradicional y propone como solución «poner adoquines con mayor canto y yagas enrasadas y bien mantenidas en la parte superiordel adoquín», afirmando que en algunas calles de  Toledo  ya se está aplicando «muy bien».