«Los orígenes del baile son sagrados»

C.M
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Pagés se 'atreve' a realizar esta tarde, sobre las tablas del Palacio de Congresos a las 20,00 horas, «un solo» a partir de los poemas de los sufís y místicos Ibn Arabi, Jalal Eddine Rumi, San Juan de la Cruz, Fray Luis de León y Tagore

«Los orígenes del baile son sagrados» - Foto: David Pérez

Pagés se ‘atreve’ a realizar esta tarde, sobre las tablas del Palacio de Congresos a las 20,00 horas, «un solo» a partir de los poemas de los sufís y místicos Ibn Arabi, Jalal Eddine Rumi, San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Tagore y la propia Sor Juana Inés de la Cruz. Entre los elegidos, apunta el poeta e hispanista marroquí El Arbi El Harti, está «José Agustín Goytisolo» a modo de «incursión en la mística laica». El espectáculo con el que viene por primera vez a Toledo se llama ‘Óyeme con los ojos’.

Sobre la escena, acompañada por de seis músicos centrados en un «cuadro de siete por siete delimitado por una línea blanca», la bailaora utilizará la mística como instrumento que trabaja sobre su cuerpo y su experiencia.

¿Cómo nace el movimiento?

M. Pagés: Es algo que incluso yo me pregunto, es como mi cabeza, mi persona, mi cuerpo, es como un filtro que reproduce todo en un movimiento, de ahí que cuanto más material tenga que le nutra, mejor crece.

Un material muy rico, desde luego.

M. Pagés: En todas las obras que realizamos trabajamos todo el proceso creativo y los textos tienen siempre un gran protagonismo, sobre todo apoyados en el cante, dándole esa relevancia. Es material de más que te aporta a la hora de transformarlo en movimiento, cuanto más contenido tenga a nivel de carga emocional sobre la idea y de su desarrollo va configurándose también la música.

Y de ahí a la interpretación del conjunto.

M. Pagés: Sí, luego está la interpretación, hay otro trabajo posterior sobre cómo ese movimiento o coreografía se va a interpretar. Aquí incluimos a los músicos en el montaje escénico, participan creando espacios escénicos como cuerpos que son. Los músicos no sólo ejecutan una música, físicamente están sobre el escenario, su posición también es importante. Ellos están muy acostumbrados, entienden muy bien nuestra manera de funcionar y crear.

 ¿Por qué han elegido la mística?

El Arbi El Harti: Llegamos a la mística por la vía de la necesidad, qué queremos narrar, contar, expresar. Hemos querido contar una historia centrada en la observación de María situada, fundamentalmente, en esa dialéctica entre el cuerpo y el conocimiento. Deseamos una autocontemplación, y para que una mujer se observe tiene que tener un espacio y unos instrumentos epistemológicos, y nada mejor que la mística.

No es una mística religiosa unilateral, son valores universales, es el discurso ético generado por la humanidad. Por eso hay una correlación entre mística musulmana, mística cristiana, también hay un guiño a la mística judía, al budismo, y esa insistencia de Goytisolo como laico. ¿Por qué un laico no puede desarrollar un pensamiento místico?

La mística es un instrumento que le sirve a María para interiorizarse e ir viendo cómo el cuerpo responde a la experiencia, y cómo la experiencia puede colaborar para que el cuerpo pueda seguir moviéndose, pueda seguir produciendo belleza. La mística es una reflexión que sale en busca de la unicidad, porque al fin y al cabo, desde la perspectiva laica la unicidad es la belleza en estado puro. Y es lo que estamos buscando.

De ahí que sea esencial el autoconocimiento, ¿es así?

M. Pagés: Requiere de un aprendizaje para autoconocerse, es verdad. Lo bonito e interesante del trabajo que hacemos es que siempre hay un continuo descubrimiento de tu propio ser.

El Arbi El Harti: La observación es la riqueza, el autoconocimiento absoluto no existe, es una mentira, nunca nos conocemos absolutamente. No existe, es una utopía. Los conceptos absolutos no existen, pero establecen un punto al que podemos acceder, eso se logra a través de la observación.

El movimiento con la piernas, el zapateado, es el trabajo. Para nosotros el baile no es movimiento, es movimiento del alma. El problema es que culturalmente se ha situado el baile en la mera interpretación mecánica, virtuosa. Nosotros intentamos volver a los orígenes, y los orígenes del baile son sagrados. Y cuando conoces a esta mujer de cerca, la observo todos los días, está la pura sacralidad, y el baile es sagrado.

Mira, te voy a contar una anécdota, un día tras un espectáculo entré al camerino y María me dijo que le picaba el pie, siguió hablando y me lo volvió a decir. Se intentó quitar el zapato y no pudo, me pidió que la ayudara, lo intenté y no salía, tiré con fuerza y al quitarlo saltó un chorro de sangre porque llevaba 85 minutos bailando con un clavo. A ver, dime cómo lo vamos a llamar. Mística

O altísima concentración

Yo lo llamo mística. Qué es eso, cómo personas que son todo dolor suben al escenario y se convierten en otros seres humanos. Por eso esa insistencia sobre le trabajo, sobre cuerpo y conocimiento.

El próximo año vamos a reunir a cuatro filósofas y a cuatro coreógrafas para hablar de esto. Para dignificar la danza española y el flamenco, que es el único paradigma estético contemporáneo que tiene España y no tiene nadie. Lo tenemos que defender.

¿Cómo debe defenderse?

El Arbi El Harti: Los que creemos en la cultura tenemos que defenderla. La política es la que incide en la sociedad, lo tenemos que trabajar con cabeza, reflexión, epistemología, estudio, observación, reflexión y sistematizando el pensamiento.

Soy un extranjero profesional, y muchas veces observo cómo se reacciona ante lo extranjero sin dar importancia a lo propio, no lo valoran. Y por qué, porque es flamenco, porque los ‘flamenquitos’ están acostumbrados a entrar por la puerta de atrás...

¿Entonces?

Es necesaria una política cultural de Estado, y que todos los españoles decidan qué cultura quieren tener para que no la usen ni los unos y los otros. Es importante generar una política de Estado y aunar criterios para saber qué queremos los españoles como cultura.

Eso sí que es una auténtica autopía

M. Pagés:  Hay que defenderlo porque realmente la riqueza de nuestro país está en su cultura, tenemos algo que es nuestra historia y nuestra cultura, no hay que ningunearlo. Y que, por ejemplo, la ciudad de Toledo apoye la danza y esté pensando en crear una escuela de danza en una ciudad que es pura cultura, es importante.

Porque aquí la cultura se respira todo el rato, y es la cultura la que ha hecho grande esta ciudad. Tiene que haber danza, es la que está más relegada, la menos apoyada. La danza es una de las artes más innatas en el ser humano, un bebé al sentir la vibración se mueve, eso es bailar. Es transmitir lo que te aporta algo que te llega a través de la comunicación del cuerpo.

El Arbi El Harti: Se trata de un modelo, dentro de la visión utópica, de tener una cultura convergente, la danza es fundamental en este país, es riquísima. La contemporaneidad la tienes en casa, haz que se mueva, muévela, está aquí.

Eso de valorar lo ajeno parece estar inserto en nuestro ADN nacional. 

Faltan medios, un poco más, y no están. Mira, el Centro Coreográfico María Pagés se crea por una necesidad, por dar espacio a los artistas que no tienen donde ensayar.