Señala José Luis García Delgado, Premio Nacional de investigación en Economía que «el futuro de las lenguas que aspiren a tener relevancia en una economía globalizada se jugará, más que en términos de crecimiento demográfico, en el terreno de la fortaleza de la economía, de la investigación científica y de la calidad institucional».
El inglés, el chino mandarín, el hindi y el español son las cuatro lenguas más habladas hoy en el mundo, pero con una diferencia fundamental entre ellas: ni el mandarín ni el hindi son idiomas internacionales porque para que a un idioma lo califiquemos como internacional es preciso no solo atender al número de individuos que lo utilizan sino a su uso en las relaciones internacionales, en la economía globalizada, en las instituciones educativas del mundo, en internet y en la ciencia.
Actualmente, pueden comunicarse en español casi 600 millones de personas de las que cerca de 500 millones son hablantes nativos. Ahora bien, la importancia que tiene el español en la economía mundial es muy superior a la que tiene en las relaciones multilaterales o el ámbito científico. Es necesario, pues, incrementar la presencia de la lengua española en la creación y divulgación del conocimiento. Al igual que sucede con las tecnologías de la comunicación y de la inteligencia artificial, el español se utiliza en el 4% de las páginas de internet que emplean varias lenguas mientras que el inglés se emplea en el 60% de las páginas multilingües.
En todo caso, en esas cifras se puede fundamentar la consideración de que el español es el producto más internacional, el intangible más relevante de España y, cómo no, de Castilla-La Mancha. Es, por tanto, un bien que debe ser protegido y apoyado, pues es una fuente de crecimiento y progreso la economía del español y la economía en español. Por ello, es preciso, como país y como región no desaprovechar el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica Nueva Economía de la Lengua. Este PERTE es el más singular y uno de los menos conocidos de todos ellos pues es un proyecto muy orientado hacia las universidades y entidades públicas aun cuando es preciso la conexión con las empresas. El plan, dotado con 1.100 millones de euros de inversión pública respaldada con los fondos Next Generation de la Unión europea y gestionada y que pretende movilizar otros 1.000 millones de inversión privada en proyectos de investigación tecnológica relacionados con el español tiene cinco líneas: 1. Conocimiento del español y lenguas cooficiales (con proyectos como el de Lengua Española e Inteligencia Artificial y la creación del Observatorio del Español); 2. Inteligencia Artificial en Español (con la creación de una Red de Excelencia en Inteligencia Artificial y Programas de Lenguaje Accesible); 3. Ciencia en español (potenciando nuestro idioma como lengua de comunicación con producción científica identificada, indexada y disponible para su consulta y uso ); 4. Aprendizaje del español; 5. Industrias culturales (impulsando el desarrollo de la producción audiovisual y videojuegos y la digitalización de contenidos y fondos documentales de museos y patrimonio). De estas cinco grandes líneas las más destacadas son las que tienen que ver con el desarrollo de corpus lingüísticos para la inteligencia artificial y su aplicación para lograr un IA que piense en nuestra lengua.
Castilla-La Mancha debería apostar fuerte por la implicación plena de sus instituciones y entidades en este PERTE en el que podemos aportar mucho para el conocimiento, la investigación, la industria cultural y la inteligencia artificial vinculada al español porque tenemos capacidades para ello y porque es una gran oportunidad económica, social y científica para nuestro futuro.