El principal acusado del 13-N se desmarca de los atentados

Marta Garde (EFE)
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Abdeslam, único superviviente de la célula yihadista que mató a 150 personas en París en 2015, asegura ante el juez que él no mató ni hirió "a nadie" porque no activó su chaleco explosivo al arrepentirse en el último momento

Imagen del convoy policial que transporta a Salah Abdeslam, acusado de estar involucrado en los ataques de París de 2015, hasta el Tribunal de lo Criminal de París - Foto: YOAN VALAT

En una jornada clave del juicio sobre los atentados que el 13 de noviembre de 2015 mataron en París a 130 personas, el principal acusado y único superviviente de los diversos comandos terroristas que participaron, Salah Abdeslam, defendió hoy con igual vehemencia tanto su inocencia como su apoyo al grupo yihadista Estado Islámico (EI).

"No he matado ni herido a nadie, ni siquiera un rasguño", proclamó ante el Tribunal de lo Criminal de París, donde en la audiencia que lo interroga sobre su radicalización yihadista y el periodo anterior a septiembre de 2015 apuntó que decidió en el último momento no detonar su cinturón explosivo.

Con camisa blanca, locuaz y a veces irónico, Abdeslam, de nacionalidad francesa y origen marroquí pero criado en Bélgica, empezó la sesión con una declaración voluntaria para criticar el proceso en su contra.

"En los casos de terrorismo a veces las penas pronunciadas son extremadamente duras contra gente que no ha herido ni matado", destacó el único miembro de la célula que esa noche no activó su cinturón ni murió abatido por la policía.

Por eso, añadió, en un futuro "cuando haya alguien en un metro, en un autobús o en otra parte con una maleta con 50 kilos de explosivos y en el último momento se diga que quiere parar, sabrá que no tiene derecho a pensar eso porque no se le va a perdonar".

 

Arrepentimiento

Alegando que el aislamiento carcelario al que se ve sometido le hace preguntarse si hizo bien al dar marcha atrás o debería "haber ido hasta el final", despejó uno de los grandes interrogantes que pesan sobre lo sucedido: si no detonó su cinturón porque se arrepintió o porque el dispositivo no funcionó.

Abdeslam, de 32 años, prestó lealtad al Estado Islámico 48 horas antes de los ataques en la sala de conciertos Bataclan, en bares y restaurantes de París y en el Estadio de Francia, pero fue un juramento "sin seguir la regla, de corazón". "Juré lealtad sin jurarla", dijo.

Ya se había declarado en el juicio como combatiente del EI y aprovechó esta nueva sesión para justificar a esa organización yihadista.

"Combate para restablecer el orden islámico. El mundo occidental impone su ideología al resto. En muchos países los valores occidentales pasan por encima de los islámicos. Para nosotros los musulmanes es una humillación", apuntó.

En su opinión, los atentados y operaciones del EI en territorio europeo responden a las "agresiones" de Francia y de Occidente: "Pero solo estoy explicando su punto de vista, ya he dicho que no he matado ni herido y que no tengo intención de hacerlo".

"Lo que puedo decir es que no soy un peligro para la sociedad", recalcó en un testimonio calculadamente ambiguo, en el que intentó parecer colaborador pero eludió entrar en ciertos detalles. "Mi hermano me pide hacer ciertas cosas y yo las hago".

Su hermano Brahim, cinco años mayor, fue uno de los terroristas suicidas de París, pero Abdeslam huyó aquella noche de la capital francesa y logró llegar a Bruselas, donde escapó de las fuerzas de seguridad durante más de cien días hasta su arresto, el 18 de marzo de 2016.

 

Viaje a Grecia

A diferencia de Brahim, Abdeslam nunca fue a Siria. Sí a Grecia con otro acusado, Ahmed Dahmani, pero ese viaje, según destacó, fue por diversión.

"Teníamos dinero y decidimos ir. En esa época Grecia estaba en crisis. Visitamos varias islas y volvimos. No hay más. Sé que es difícil de entender porque para vosotros todo está ligado al Estado Islámico, pero hay vida social más allá de eso", dijo.

Abdeslam, que hasta su detención dijo estar seguro de que iba a morir - "estaba fugado y cada día pensaba que iba a ser el último" -, recordó como a un "hermano" al presunto coordinador de los atentados, Abdelhamid Abaaoud, abatido por las fuerzas francesas con otros dos colaboradores cinco días después de los ataques.

"Era mi amigo de infancia y ya no está. Le tenía mucho respeto y le echo de menos", declaró sobre el supuesto líder, con el que aseguró no haber estado en contacto desde que este fue a Siria, en enero de 2014.

Aunque ni su hermana ni su madre ni su exnovia se personaron para declarar, en el tribunal se leyó una carta donde Yasmina, su exprometida, habló de los dos hermanos: "Sus padres los educaron como si pudieran hacer lo que quisieran. No se les enseñó a discernir el bien del mal".

El juicio comenzó en septiembre y proseguirá hasta mayo. Hay catorce acusados en el Tribunal de lo Criminal y otros seis juzgados en rebeldía, cinco de los cuales se cree que están muertos.

Para el abogado Gérard Chemla, representante de algunas víctimas, Abdeslam intentó hoy minimizar su rol: "Viene a decir que no estaba al tanto de nada, que no hizo nada y que no es más que un pequeño eslabón de la cadena. Durante años ha sido presentado como el elemento central del caso. En mi opinión no es ni una cosa ni la otra", concluyó.