Miguel Ángel Flores

Amboades

Miguel Ángel Flores


Curioso

07/02/2022

Es curioso intentar saber qué vino pudo haber bebido el propio Cristo y sus Apóstoles, en la llamada Última Cena y después consagrarlo y convertirlo en su sangre. Curioso, es que el primer vino que sepamos bebió públicamente Cristo, fue un vino que Él, fue quien lo creó vino con su milagro en Canaá. Por tanto, ahí las variedades y el tipo de vino, nunca podamos descubrir, como era en verdad, porque como dice el Evangelio, a instancias de la Virgen María, Cristo después de llenarlas de agua de las tinajas o ánforas, convirtió del agua al vino. Hoy día y durante la historia de la Humanidad, también muchas personas han practicado este milagro a modo de sucedáneo, echando en demasía agua al vino, eso sí, ya hecho de antemano y así estirar su producción, curioso. Digamos de una manera un poco irónica, lo que hizo Cristo fue lo de la bebida Tang, que poniendo agua a esa fórmula después de remover el agua era en verdad zumo natural de algo. En mi investigación basada en el área de producción cercana a Jerusalén, las técnicas de conservación de aquellos tipos de vino, en esa época de la historia de aquella sociedad orientalizada, respecto de la evolución de la predominancia griega y después romana, el vino solo podía ser de una manera. Sobre todo, en lo que tiene que ver con las leyes judías de lo debido o no, en cuanto a que si es pecado así o de otra manera. Así pues, todo ello tiene que ver con el modo de vida de Jesús, en definitiva, judío. Por ello, según la ley de los judíos, y al estar en la época de la Pascua, los alimentos no debían se fermentados como el pan, y el vino tenía que ser un vino no fermentado, pero la cuestión estriba en: ¿Si las vendimias en Palestina eran en agosto o septiembre, como no tener una fermentación por el clima en tan caluroso pasados más de seis meses? ¿Cómo se podía conservar sin problemas? Para estas preguntas, ya se sabe que, en la época, ya se controlaba la parada de la fermentación, por hasta cuatro métodos diferentes y no solo de la aplicación del frío procedente de la nieve del invierno. Pero al ser una cena tan importante para Jesús puede haber la posibilidad que también se contemplaba por los judíos la posibilidad de beber el vino rebajado en agua, siendo una parte de vino y dos de agua, teniendo en cuenta que el alcohol que contenían los vinos de aquella época, no tenían el volumen de alcohol de la actualidad.

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