Tres décadas apostando por las renovables en la región

Redacción
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A punto de cumplirse 30 años de la inauguración de su primera central solar en la Comunidad, la compañía Naturgy reafirma su compromiso con la transición energética con tres nuevos proyectos fotovoltaicos y nuevos desarrollos renovables

Imagen de la planta solar fotovoltaica de La Nava en Puertollano. - Foto: Naturgy

El 8 de junio de 1994 se ponía en marcha en La Puebla de Montalbán (Toledo) la mayor central solar fotovoltaica de Europa. Toledo PV, de 1 MW, era una apuesta pionera y visionaria de la compañía Naturgy y de una comunidad, Castilla-La Mancha, que vislumbraban un nuevo horizonte  energético.

Era el siglo XX y las crónicas de la época todavía no recogían conceptos tan habituales ahora como transición energética, sostenibilidad o cambio climático, pero sí que se empezaba a entrever ya la preocupación por cuidar el planeta que dejó patente el entonces presidente de la región, José Bono, cuando en el acto de inauguración les dijo a los asistentes: «¿Por qué no apostar para que este tipo de energía sea competitiva cuanto antes? No se nos ocurre nada en contra. En juego está la salud del Planeta».

Con esta central solar con capacidad para producir energía eléctrica para 2.000 hogares al año, y con la modesta cantidad de 5,4 megavatios de potencia solar instalada, España se situaba a la cabeza de la UE en producción renovable. Un hito que se firmó a pesar de que, como ocurre con todas las tecnologías en sus inicios, contaba con el inconveniente de la inversión inicial, que fue muy elevada. 

Planta Pîcón I, II y III en Porzuna (Ciudad Real). Planta Pîcón I, II y III en Porzuna (Ciudad Real). - Foto: NaturgyHubo que desembolsar 1.600 millones de las antiguas pesetas para poner en marcha Toledo PV, fundamentalmente debido al coste de fabricación de las células fotovoltaicas, lo que elevaba el precio del kilovatio hora 10 veces por encima del coste del de las energías convencionales.

A pesar de esto, pesaban más las ventajas. Generar electricidad del sol, una fuente de energía inagotable, sin realizar emisiones a la atmósfera, con un bajo coste de mantenimiento de la central y una larga duración de las células era un mix perfecto para avanzar en un nuevo modelo energético, que tímidamente empezaba a dar sus primeros pasos.

Naturgy iniciaba así, con la apuesta embrionaria de Toledo PV, un camino sin retorno en el que ha ido dando pasos de gigante para acrecentar su compromiso con la transición energética y con Castilla-La Mancha, una Comunidad en la que tiene presencia no solo como generador de electricidad, sino también como distribuidor de gas y electricidad. 

Hoy, tres décadas después, la compañía quiere ser un actor principal en la transformación del sector de la energía a nivel mundial, como prueba que más del 60 por ciento de la inversión estimada en su último Plan Estratégico se destine a triplicar la capacidad de generación renovable instalada hasta alcanzar una potencia de 14 GW en 2025.

Una pretensión que no deja de lado a Castilla-La Mancha, donde la energética tiene en cartera más de 20 proyectos de desarrollo renovable entre los que destacan la instalación de 150 MW de potencia fotovoltaica en tres nuevas plantas solares que comenzarán a construirse este año, concretamente, Zorita I y Zorita II (Guadalajara), situadas en una zona declarada de transición justa por el Ministerio para la Transición Energética y el Reto Demográfico y Ocaña (Toledo), así como nuevos métodos de aprovechamiento de la energía. 

Actualmente, la compañía opera más de 1.000 MW eólicos, fotovoltaicos e hidráulicos repartidos por toda la Comunidad. Nueve parques eólicos, siete plantas solares fotovoltaicas, nueve centrales hidráulicas y una central minihidráulica que generaron 1.024 GWh de energía a lo largo de 2021, es decir, el equivalente al consumo eléctrico anual de más de 293.000 hogares, o lo que es lo mismo, energía suficiente para abastecer al año todos los hogares de las provincias de Ciudad Real y Guadalajara.

Estrategia transformadora.  Naturgy afronta los desafíos globales en torno a la transición energética a través de una estrategia transformadora y un modelo de negocio sostenible que contribuya a los retos sociales y ambientales a los que se enfrenta el Planeta. Por eso, además de avanzar en la generación de energía renovable, acrecienta su compromiso con la creación de riqueza y empleo en los territorios en los que opera, así como en la protección de la biodiversidad en los entornos de sus instalaciones. 

La compañía quiere ser un vecino más en estos territorios y ofrecer oportunidades a través de acciones que generen valor compartido para la sociedad. De ahí que se proyecten medidas novedosas asociadas a su actividad en Castilla-La Mancha que empezarán a cuajar en los próximos meses.