Miguel Ángel Collado

Alma Mater

Miguel Ángel Collado


Demonios, vientos y dragones

07/02/2022

A finales de año, se ha publicado en Italia el libro de Amadeo Feniello 'Demoni, venti e draghi. Come l'uomo ha imparato a vincere catastrofi e cataclismi', sobre la gran crisis sanitaria, ambiental, social, económica que sufrió el Viejo Mundo y que se expandió rápidamente devastando Asia, Oriente Medio, el norte de África y Europa y las respuestas que se dieron en estas partes del mundo.
El libro ofrece una importante reflexión que vale para la crisis pandémica que estamos sufriendo pues un libro de historia ayuda a responder a las cuestiones de hoy. Y ello porque pone de manifiesto la organización social elabora un 'paisaje adaptativo', en expresión de Sewall Wright transformada en metáfora global de la evolución, para afrontar los grandes retos que ha de enfrentar y sentar las bases del futuro acorde con su situación ambiental y de contexto. Señala el autor cómo los infinitos paisajes de nuestro planeta requieren una ecología, unas interacciones, unos asentamientos, unas respuestas y adoptan estrategias para alcanzar el objetivo de sobrevivir mediante la conquista de un equilibrio que es adaptación a los obstáculos y a las dificultades del ambiente. Para vencer el caos los hombres se adaptan desarrollando nuevas prácticas sociales, políticas, económicas, científicas, técnicas, espirituales.
En el siglo XIV el planeta experimentó una serie de impactos violentísimos como si demonios, vientos y dragones se hubieran desencadenado juntos para castigar el orgullo del ser humano. Se propagó la peste negra (si bien hay estudios que apuntan que ya estaba circulando por el viejo continente más moderadamente desde un siglo antes), hubo inundaciones enormes, se notaron las consecuencias de un notable cambio de las temperaturas, se generalizaron hambrunas, etc. y, sin embargo, el hombre supo reaccionar a esos fenómenos trágicos.
Fue un tiempo en el que las respuestas se acumularon porque se entendió que era necesario cambiar, que se abría paso un nuevo orden en el que gran parte de lo que se había construido bajo las concepciones y los sistemas políticos, económicos y sociales debía ser superado y sustituido por nuevos modelos. Hubo muchas respuestas, no todas coherentes ni exitosas y las diferentes organizaciones dieron soluciones distintas pero, en todo caso, el mundo, la sociedad se transformó en muchos sentidos.
China afrontó un espectacular proceso de construcción de infraestructuras con obras públicas como el Gran Canal y la Gran Muralla en una suerte de anticipo del New Deal del presidente Roosevelt. Europa, por su parte, se configuró como un gran laboratorio de experimentos políticos, la crisis aceleró en nuestro continente una aceleración de determinados planteamientos y se fueron conformando lo que con el tiempo se convertirán en los Estados nación como el francés o el español; es decir, la sociedad y sus estructuras se transformarán en muchos sentidos.
En otras partes del mundo el cambio fue religioso. La actual Indonesia se convirtió en el transcurso de un siglo en un territorio musulmán, encontrando en esta religión que les vino a través de los comerciantes una respuesta a la crisis epidémica porque la visión mesiánica ínsita en el Islam se compadecía bien con la angustia que generaba el dramatismo de la época.
El libro ofrece una lección fascinante que nos viene del pasado y que nos sirve hoy como guía de actuación y de reflexión sobre cómo reaccionaron los hombres, que aprendieron a vencer catástrofes y cataclismos y fueron capaces de abordar con decisión y esperanza el futuro, aun conscientes de su vulnerabilidad. Porque, como concluye Feniello, «toda crisis libera al mismo tiempo fuerzas de muerte y fuerzas de regeneración. De aquí su radical ambigüedad».