Numancia pide paralizar una empresa por verter a un arroyo

J.M.
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El Ayuntamiento sagreño ha denunciado desde hace tres años la insalubridad en 'Gansarinos'. «Los vecinos no pueden salir al patio ni abrir ventanas», lamenta

Numancia pide paralizar una empresa por verter a un arroyo

El alcalde de Numancia de la Sagra, Juan Carlos Sánchez, se personó el pasado día 8 en los juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Illescas para pedir medidas cautelares urgentes contra una empresa ubicada en el término municipal de Yuncos que, presuntamente, está arrojando vertidos ilegales que contaminan el arroyo 'Gansarinos'. El Ayuntamiento observa un delito contra el medio ambiente.

Unos 50 vecinos acompañaron el pasado viernes al alcalde en este nuevo paso para reivindicar la limpieza del arroyo, que compromete también a la Confederación Hidrográfica del Tajo, al Ayuntamiento de Yuncos y a la Junta de Comunidades. «Si no nos dan solución lo pondremos en manos de la justicia», advertía hace un año el regidor, que considera que el caso tiene recorrido por la vía penal.

Se trata de una contaminación que se sucede desde hace más de tres años. El alcalde sagreño ha denunciado en numerosas ocasiones estos vertidos, sin recibir ninguna respuesta de las instituciones responsables. «La situación empeora cada día y los vecinos están soportando los malos olores que desprenden estos vertidos», resaltaba el Consistorio sagreño de unos 5.000 empadronados.

A este respecto, el alcalde detalló que la empresa contra la que ha pedido medidas cautelares de paralización de la actividad no dispone de depuradora en la zona donde está ubicada y vierte presuntamente de manera directa al arroyo.

El arroyo 'Gansarinos' pasa cerca de 200 viviendas e instalaciones públicas como la guardería, un centro deportivo o el instituto. «No se puede salir al patio ni abrir las ventanas» por los olores, lamenta el alcalde de Numancia de la Sagra en declaraciones a este diario. Y apostilla: «Los olores llegan todo el año».

El Consistorio pidió hace tiempo a la Confederación Hidrográfica del Tajo que asumiera su responsabilidad y vigilara la zona con inspecciones de vertidos e incoación de expedientes sancionadores. «Los vertidos contaminantes para el arroyo Gansarinos suponen un riesgo sanitario y ponen en peligro el ecosistema de la zona, ya que se ha podido apreciar la muerte de los patos que habitaban el lugar», apuntaba hace un año.