El artificio con el que el ingeniero e inventor hispano-milanés Juanelo Turriano pretendió remontar el agua desde el Tajo hasta el Alcázar, entonces palacio del rey, vuelve a estar de actualidad. El ingenio, que pretendía solventar el centenar de metros, desniveles incluidos, que separan a ambos lugares, tendrá nuevos aportes este sábado, en una conferencia impartida por el doctor ingeniero del ICAI, Ángel Moreno, este sábado en la sala de conferencias de la Biblioteca de Castilla la Mancha en el Alcázar de Toledo.

Para Moreno, no es nuevo hablar de este artificio, que pretendía usar la propia fuerza del agua para mover todo el ingenio hidráulico, ya que en 2006 presentó una obra que «reunir buena parte de la información y referencias conocidas por los autores sobre un personaje singular en el Toledo del siglo XVI y sobre su obra sin duda más importante». 

El agua se conducía a los largo de un recorrido ascendente, del que, desde el exterior, sólo se veía un conjunto de torres. En cada una de esas torres un ingenioso mecanismo de «cazos alargados y no esféricos como se pensaba, fabricados en madera iba elevando el agua por tramos», desde la base de la torre hasta su parte más alta. Así lo explica el propio conferenciante a La Tribuna a escasas horas de volver a poner de manifiesto uno de los ingenios que «más fácilmente han permitido dotar de agua al Casco Histórico toledano». Una vez alcanzada esa cosa, se conducía hasta la base de la siguiente torre por una tubería. Y el proceso de elevación volvía a comenzar hasta llegar al Alcázar. Sin embargo, a diferencia de lo que se pensaba, y en base a documentos posteriormente encontrados, se demuestra que en buena parte del recorrido este mecanismo era diferente. 

De este modo, el sábado se justificará el nuevo modelo, complementando la presentación con una maqueta a escala 1:10.