'Comuneros' en el Alcázar cinco siglos después

Mario G. Gutiérrez
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En la tarde de ayer tuvo lugar la presentación de la obra y, acto seguido, se interpretaron por primera vez en 502 años las coplas a Padilla en Toledo

La Biblioteca de Castilla-La Mancha acogió la presentación de la obra. - Foto: David Pérez

Acción y sentimientos dan vida y animan las páginas de una novela que, con el telón de fondo de una sublevación comunera, deja entrever una Castilla sumida en una agitada convulsión social.

Se trata de una historia que mezcla el amor y el conflicto ocurrido hace cinco siglos. En aquel momento, en el contexto de relatar lo que había sido la Guerra de las Comunidades, Juan de Padilla y María Pacheco protagonizan una historia de vaivenes políticos que «pudiera identificarse plenamente con la época presente», tal y como explicaba Alfonso Domingo a La Tribuna, y que sirve también de «justicia poética» a las últimas voluntades de María Pacheco, que quiere descansar junto a su marido, a pesar de que muere en el exilio.

Durante el primer cuarto del siglo XVI, Diego Hurtado de Mendoza, visita a su hermana María Pacheco, que vive exiliada en Oporto. María, ya viuda de Juan de Padilla, fue la encargada de mantener viva la «llama comunera» durante los nueve meses más que permaneció en Toledo antes de verse obligada a exiliarse a Oporto para conservar la vida.

Ahora, la pareja de hermanos, reviven en una partida de ajedrez aquella infancia feliz visualizando la Alhambra de Granada, y abordan lo ocurrido unos años antes durante la Guerra de las Comunidades.

«Aunque sea la conmemoración de un sueño frustrado, es conveniente tener en cuenta lo que supusieron los comuneros», explica. «La importancia del movimiento comunero, reside en que lo que surge como una revuelta ante el desacato de las voluntades rapaceras de Carlos V, supone un adelanto revolucionario de que la soberanía recae en el pueblo, no el rey», algo que como el escritor segoviano explica «va dos o tres siglos por delante de lo que luego experimentaron en Reino Unido, Francia o Estados Unidos».

 Domingo también critica el desaprovechamiento de nuestra historia por parte de la industria audiovisual, ya que «si Estados Unidos tuviera nuestra historia, habrían rodado cientos de series y películas con las luces y las sombras de lo acaecido en España».

Además de la novela, Alfonso Domingo, visualiza el contenido con la suficiente riqueza como para nutrir una serie. «Sería como nuestro particular 'Juego de Tronos'», recalca, ya que podemos encontrar «traición, poder, ambición, movimientos populares», están todos los elementos de la condición humana, que «podrían dar un gran contenido a una serie de quizá ocho capítulos y que ya ha dado grandes éxitos como la serie 'Isabel' o 'Carlos V'», y que es «algo que tarde o temprano hay que hacer», sentencia.

La presentación corrió a cargo de Joaquín Sánchez Garrido por deseo expreso del autor «por su actividad como alcalde de Toledo y talante democrático». El presentador por su parte, manifestó que «es todo un honor poder presentar esta obra en un lugar como este», asegurando sentirse «identificado con muchas de las cosas que relata el libro».

502 años después. Además de la presentación de la obra, tuvo lugar la interpretación de las coplas a Padilla que el propio Alfonso Domingo ha versionado y que fueron compuestas en 1520. De esta manera, tal y como aseguraba el autor, «502 años después Toledo vuelve a ser testigo de las coplas a Padilla». En esta ocasión contaron con la interpretación de Luisa y Cuco Pérez.