Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


La mesa de Putin

10/02/2022

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunió el lunes con Vladímir Putin a fin de encontrar una respuesta colectiva para evitar una guerra en Europa debido a las tensiones militares en la frontera con Ucrania. Lo llamativo de la reunión, sobre todo, es la mesa kilométrica que les sirvió de encuentro; muy apropiada para no darse patadas en las espinillas y hortera como pocas, igual que las cortinas y la general decoración del salón, propia de estancias y ambientes típicos para bodas, bautizos y comuniones.
 El problema de Rusia, del pueblo ruso, es que, además de no haber sido romanizados nunca, pasó del antiguo régimen imperial totalitario zarista, a la execrable dictadura comunista y después a la dictadura de Putin, sin solución de continuidad y sin saber lo que es vivir en libertad y en un verdadero Estado de Derecho, lo que necesariamente imprime carácter. El carácter preciso para que Putin reciba al presidente de la República Francesa en una especie de salón de bodas.
 Y cuando Putin, para explicar los motivos por los que Ucrania en ningún caso debe entrar a formar parte de la OTAN, nos hace mención expresa a que la Federación de Rusia es una potencia nuclear y que «si estallara una contienda, no habría ganadores», lo que acojona de verdad, más aún que la propia guerra nuclear, más que vivir bajo el régimen del miedo al polonio, es que después de la guerra viviéramos bajo una influencia cultural que inconscientemente nos empujara a todos a decorar nuestras casas con ese estilo marmoleo kitsch de nuevo rico, como el que lució Putin en su encuentro con Emmanuel Macron.
Es más que evidente que los cambios acontecidos en los últimos años han supuesto un giro radical en el desarrollo de la geopolítica con la transformación de las relaciones internacionales, las relaciones comerciales y los equilibrios del poder mundial. El sistema financiero y tecnológico mundial que conocíamos se centra ahora en la división del mundo en dos grandes bloques; el de China y el de Estados Unidos. De ahí que la fotografía más peligrosa sea la de Putin con el presidente chino Xi Jinping, en este caso de pie y bien juntitos, como parte de la estrategia en la lucha particular de Putin para decantarse por el bando chino y desequilibrar así la balanza del poder mundial.
Además del escollo que supone el sátrapa dictador Putin, se echa de menos también la falta de una estrategia inteligente y unitaria por parte de la Unión Europea que hubiera tenido como objetivo, desde la caída del muro, atraer a la Federación de Rusia a Occidente. Occidentalizar Rusia como arma esencial en la estrategia de contención a China a largo plazo.
De momento, por lo que pueda pasar, yo ya estoy mirando catálogos y precios de mesas rusas. Y también de farolillos chinos.