Nervios, euforia y mucha ilusión por poder vivir este momento era el ambiente que se respiraba hoy en las inmediaciones del Municipal El Prado con motivo de la segunda eliminatoria de la Copa del Rey que enfrentaba al CFTalacera contra el Real Betis Balompié. La visita de un equipo de Primera División, algo que en escasas ocasiones sucede en el Estadio del Talavera, fue la llama que encendió a una afición deseosa de ver jugar a los blanquiazules y a los béticos, más allá del resultado que se obtuviera. 

Horas antes de que se disputara el encuentro ya se contaban por cientos los espectadores arremolinados en torno al Municipal El Prado, pero también unos cuantos ante la puerta donde el autobús del Betis esperaba la salida de los jugadores para llevarlos hasta el Estadio.

La expectación que ha generado la visita del equipo capitaneado por Joaquín ha sido máxima y ya la noche antes hubo quienes se acercaron hasta el hotel donde se han alojado los jugadores buscando la foto con ellos o simplemente poder verlos en persona.

Muchos lo intentaron también antes del partido, aunque se quedaron con las ganas puesto que el autocar del equipo visitante accedió al recinto sin dar opciones a ver a los verdiblancos. Otros tantos siguieron intentándolo desde el exterior, al no tener entradas, situándose en las zonas desde las  que se puede visibilizar parte del césped.

Otros corrieron mejor suerte y, además de lograr entradas para este día, se fueron con algún selfie con figuras del Betis como Marc Batra, que posó con aficionados antes de dar comienzo un choque para el que se ha lanzado una bufanda conmemorativa. En ella se entrelazan los dos equipos que han competido en esta segunda eliminatoria, una simbiosis que marcó también el ambiente, con una gran sintonía entre las dos aficiones en estos momentos previos al partido.

Esta bandera, con un precio de 10 euros, fue la más vendida en el puesto instalado frente al Municipal El Prado con merchandising fundamentalmente del Betis. Así lo confirmaron a La Tribuna sus responsables, quienes precisaron que habían venido desde Sevilla para la ocasión y destacaban el buen trato de los talaveranos.

Lo mismo decía un grupo de amigos sevillanos afincado en Madrid, desde donde llegaron para ver a su Betis ante un Talavera que no conocían pero del que, decían, no había que confiarse. «El seguidor de un equipo de Primera que vaya confiado en Copa está equivocado», reconocieron.