De San Xoan a Toledo recordando el Corpus

Jaime Galán
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Ángel Felpeto, el que fuera vicealcalde de la ciudad, dio el pregón de la Semana Grande toledana. Sus raíces y costumbres gallegas protagonizaron un discurso familiar y sentido

De San Xoan a Toledo recordando el Corpus

Se suele decir que lo que bien empieza bien acaba, así que a los toledanos les augura un Corpus elegante e impecable. Porque así empezó el pregón de la Semana Grande de la ciudad. Las ganas de los toledanos por celebrarlo no se pudieron describir mejor con un Teatro Rojas hasta la bandera lleno de caras ilustres y mejores vestimentas. Sin embargo, los focos no apuntaban a ellos, sino a un gallego. Aunque mejor dicho, de sobra es ya un toledano de adopción. No es otro que Ángel Felpeto, el que fuera vicealcalde de la ciudad y consejero de Educación, entre otros cargos. Aunque ya lo sentía como tal, el pregonero no lo pudo decir de forma más clara: «este encargo me ha hecho creerme que soy un TTV más, un Toledano de Toda la Vida». Y vaya si lo es. Lo demostró hace un rato.

Antes de que Felpeto se sintiera puramente protagonista de la tarde, las tablas del Rojas escenificaron las distinciones de las Tarascas de Honor 2022. Entre la periodista Celia Marqués, que presentó el acto, la alcaldesa Milagros Tolón y el presidente de la Junta Pro-Corpus, Juan Carlos Fernández-Layos, otorgaron los reconocimientos a la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes; a empleados de la Catedral Primada; a la Asociación de Floristas de la provincia; a la banda de Música de la Academia de Infantería y; a la Cofradía del gremio de los Hortelanos. Los encargados de recoger el galardón para esta última hermandad manifestaron desde el atril que «dicen que la gratitud es una flor que dura poco, y como nuestra labor como hortelanos es cuidar las plantas, podemos afirmar que cuidaremos con honor esto que se nos concede hoy», destacó emocionado.

La anécdota fue que estas no fueron las únicas Tarascas de Honor presentes en el acto. En el escenario, junto a Felpeto, uno de los músicos portaba otra en su solapa. Tocó el clarinete y se presentó como Ángel Lobato Felpeto. Adivinen. Era su nieto, sí. Y llevaba la Tarasca de Honor que el mismo pregonero recibió en su día. Quedó claro que no hay mayor medalla que la herencia familiar. Junto a este músico, ambientó la velada el pianista Juan José Montero.

Ya implicados de lleno en el discurso de Ángel Felpeto, este decidió narrar un relato sobre sus vivencias históricas sobre el Corpus Christi. Desde su pueblo natal, San Xoan, en Galicia, hasta llegar a Toledo. Desde el principio manifestó que los puntos de unión entre un lugar y otro eran los olores y los sonidos de ambas fiestas, porque «sin ser parecidos, ambos eran característicos de esta fiesta».

Obviando numerosos detalles de su relato, se centró en dos Corpus muy concretos, uno que vivió de niño en 1957 en tierras gallegas, en el que participó en el recorrido procesional, y el primero que vivió en Toledo. Sobre este último, Felpeto destacó que intentó seguir todas las recomendaciones que sus compañeros de trabajo le hicieron en los días previos, pero «hay cosas que no se pueden contar, simplemente sentir». 45 años después, como un toledano más, no se quiso despedir sin hacer una de esas recomendaciones que le hicieron a él sobre nuestro Corpus. «Cuando la Custodia entra en la Catedral la gente se dispersa en varias direcciones, pero yo les invito a vivir un momento íntimo que poca gente conoce, el del Sacramento recibiendo pétalos en el Altar Mayor», recordó el pregonero.

Finalmente, el discurso le hizo reflexionar de que el Corpus, gallego o toledano, no son olores o sonidos como comenzó diciendo, sino personas, muchas de ellas que hoy ya no están pero que dejaron su recuerdo. Su pregón dejó claro varias cosas, pero una más que evidente. Que Ángel Felpeto es una de esas personas que lleva el Corpus Christi en su sangre. Hoy inauguró «el Corpus del reencuentro».