Otra machada obligada

J. M. Loeches
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El CD Toledo espera desestabilizar al Hércules de Alicante CF en su estadio para sumar tres puntos que permitan ver las vacaciones con algo de optimismo

El equipo toledano buscará en el Rico Pérez su segundo triunfo a domicilio del curso - Foto: David Pérez

Ahora mismo, ser optimistas con el CD Toledo no es la mejor opción. Pero el fútbol es cambiante, dispara los estados de ánimo, tanto para arriba como para abajo, así que, en una situación como la actual, todo lo positivo será acogido con los brazos abiertos, y más si es una machada. Porque ganar este domingo (17:00 horas) en el José Rico Pérez no merece otro sustantivo. Lo demás será lo esperado. El trauma de (prácticamente) todos los domingos esta temporada.

Al menos, uno se divierte analizando los cambios de Javi Sánchez. Son arriesgados. Eso está claro. Se necesita voltear el sistema y el estilo. O cambiar los jugadores. O ponerlos en otras posiciones diferentes a las que están habituados. De momento, no hay una línea recta esa agitación. De haberla, se pasarán unas Navidades algo más alegres, a la espera de otras noticias que tampoco van a mover el decorado de un día para otro.

El técnico verde recupera para la causa a Mamau. Puede ser fundamental en un campo así. O no. El caso es que todos estarán disponibles salvo los lesionados, César Ortiz y Adrián Jiménez. Es muy probable que el esquema de cinco atrás sea de nuevo la opción para frenar al equipo alicantino. Se ve al CD Toledo mucho más resguardado y con jugadores por delante para encontrar los espacios. Que en el Rico Pérez los va a haber.

Como los hubo aquel 11 de junio de 2016. Menudo recuerdo para el corazón. A una hinchada acostumbrada a amontonar disgustos, qué bien le viene traer al presente lo que una vez fue éxito. O casi éxito. Con qué poco hay que conformarse.

Así las cosas, Olmedo estará bajo palos, con Esparza y Gomis como carrileros, uno por la derecha y otro por la izquierda. Parece que lo lógico es que la línea de tres centrales la ocupen Arturo, Mario Gómez y De Felipe. No hay más. Por delante, quizás sea el día de poner de nuevo a Mamau junto a otro centrocampista. Llámese Rodri. Eso obliga a prescindir de uno de los titiriteros. O cabe Migue García o cabe Dieguito. O quizás los dos, con Iván Cédric en la punta del ataque. No suena mal. Pero ya no sirven merecimientos, alabanzas o piruetas imposibles si no se sale con puntos. Con los tres.