Editorial

El precio de la uva y los retos del sector vitivinícola de la región

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La campaña de vendimia ya ha empezado. Lo ha hecho con la recolección de variedades de uva blanca como Sauvignon Blanc o Chardonnay y en las próximas semanas se extenderá a otras variedades blancas como la Airen y a las tintas. Arranca así una frenético trabajo de sol a sol en uno de los sectores económicos más importantes de Castilla-La Mancha del que dependen miles de familias de agricultores. 400.000 jornales y 23.000 personas viven de una actividad que mueve millones de euros, no solo estos meses, sino también por las ayudas de la Política Agraria Común (PAC).

Las previsiones indican que la producción será sensiblemente menor a la de la campaña anterior. Yes que la uva es sólo un ejemplo de la caída de las producciones que se está registrando en todos los cultivos agrícolas de la región como consecuencia de la sequía. El hecho de que Castilla-La Mancha se encuentre desde finales de junio en situación de sequía agronómica ha provocado que la vendimia arranque con un 40%menos de producción, según los cálculos de Asaja.

Tanto la organización agraria como el Gobierno regional estiman que la producción de vino y mosto estará por debajo de la media de los últimos diez años ya que la horquilla oscilará entre los 20 y los 23 millones de hectólitros cuando, por ejemplo, el pasado año se llegó a los 29 millones de hectólitros.

Pero no sólo la cantidad y calidad suelen ser noticia en el arranque de la cosecha. También lo son los precios a los que las bodegas compran las uvas y que suelen ser motivo de conflicto anual. De momento, Asaja ya ha pedido a la Consejería de Agricultura que tome medidas para impedir que en algunas bodegas se llegue a mezclar vinos de añadas diferentes -la de la pasada vendimia y la de este año-, con el objetivo de mantener bajos los precios de la uva pese a la caída de producción prevista para esta campaña y pese  a que la uva contará con más graduación, lo que debería obligar a pagar mejor. Su presidente, Fernando Villena, ya advertía esta semana de «rumores» de que algunas bodegas sacarán al mercado vinos de la pasada cosecha, sin calidad suficiente para su comercialización, por la vía de mezclarlos con mostos de la próxima vendimia con una mayor graduación.

Los inicios de la vendimia no hacen sino tensionar esa siempre difícil relación entre productores y bodegueros. Desde aquellos episodios anuales de huelgas y protestas de tractores, cada septiembre la liturgia de las tablillas -relación de las tarifas por las que se pagará cada variedad- provocan cada cosecha grandes incertidumbres, que no son buenas para el sector vitivinícola de Castilla-La Mancha, que tiene ante sí importantes retos para seguir ahondando en la calidad de los caldos. Ypara lograrlo no puede haber atajos.