«Solo siendo mejor cristiano, seré buen obispo»

O. Furones
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Con «alegría y gratitud» ha recibido César García Magán la ordenación episcopal en la catedral primada de Toledo. Entre sus objetivos ser «mejor cristiano, seré buen obispo»

César García Magán ha recibido, este sábado en la catedral de Toledo, la ordenación episcopal como nuevo obispo de Toledo. El nombramiento del nuevo obispo auxiliar de Toledo fue firmado por el Papa Francisco el pasado 15 de noviembre, fiesta de San Eugenio de Toledo. 

Tras la ceremonia, en su alocución final, García Magán ha querido mostrar su cariño a todos los presentes. En su mensaje, por encima de todo, dejó claro que era un día de «alegría y gratitud». Ahora, ante su nuevo nombramiento, «solo siendo mejor cristiano, seré buen obispo».

El nuevo obispo auxiliar de Toledo declaraba que «ante esta nueva llamada del Señor os revelo que he sentido y siento la gran distancia que media entre la misión para la que Jesucristo me elige y lo que yo soy». Y mandaba un mensaje de unión: «La catolicidad no es uniformidad sino variedad en comunicación y en fraternidad».

César García Magán imparte la bendición tras su ordenación episcopal.César García Magán imparte la bendición tras su ordenación episcopal. - Foto: Joaquín Romera

En la celebración también estuvieron representantes de diferentes partidos políticos, Emiliano García Page, presidente de Castilla La Mancha, Pablo Bellido, presidente de las Cortes, Milagros Tolón, alcaldesa de Toledo, o el expresidente del Congreso de los Diputados, José Bono. Tambié acudieron a la Catedral primada el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, amigo personal de García Magán, el presidente regional del PP, Fracisco Núñez, el presidente provincial de los populares, Carlos Velázquez, así como el vicealcalde, José Pablo Sabrido y concejales del PP como Juan José Alcalde, Pablo Corrales, José López Gamarra y Marta Cánovas. Para todos ellos tuvo palabras de agradecimiento. 

Mención especial tuvo el nuevo prelado hacia el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, que ejerció como ordenante principal. García Magán recordó que hace casi 40 años, un joven seminarista acudía cada semana a la toledana parroquia de san Nicolás para realizar sus prácticas pastorales. Allí, desde el silencio y la admiración, se fijaba en un joven vicario parroquial. «Hoy, 40 años después, el joven vicario es el arzobispo primado y aquel joven sacerdote es tu obispo auxiliar que seguirá fijándose en ti
para aprender su nuevo ministerio».

El arzobispo emérito de Toledo también recibió palabras de afecto del nuevo miembro del colegido episcopal, al que Braulio Rodríguez, durante su episcopado nombró vicario episcopal y posteriormente vicario general de la archidiócesis. «Querido Don Braulio, mi más profunda gratitud por su testimonio ejemplar cuando la enfermedad llamó a las puertas de su vida», aseguró García Magán, que desveló que el día que se hizo público su nombramiento el arzobispo emérito de Toledo le dijo que se «dejara querer» y que buscara su fuerza en la Iglesia». «Pues bien, le he hecho caso, me he dejado querer y me he sentido reconfortado y abrumado por las innumerables muestras de cariño que he recibido en estos dos meses y, sí Braulio, he sentido y siento que mi fuerza es, ha sido y será siempre la Iglesia Madre, esposa de Cristo, Pueblo de Dios que camina en la historia de la Humanidad».

Imposción de manos al nuevo obispo César García Magán.Imposción de manos al nuevo obispo César García Magán. - Foto: Ángeles Visdómine (EFE)

El momento más emotivo de la ceremonia llegaba cuango García Magán recordaba a sus padres Francisco y Marina. «Si yo fuera capaz de ofrecer la mitad de entrega y de amor de lo que nos ofrecieron a mi hermana y a mí, ¡qué bien obispo sería! Querido papá, querida mamá, un gran abrazo y un beso infinito».