A su paso por la Casa del Diamantista en Toledo, el río Tajo llevaba a mediodía de ayer más de 180 metros cúbicos por segundo y alcanzaba un nivel de 2,08 metros de altura. El caudal había superado de madrugada los 186 y había marcado el récord de los últimos días el pasado domingo, con 189 metros cúbicos, según los datos del el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Tajo.

La subida del río tras la importante nevada que ha dejado Filomena y las posteriores lluvias está alcanzando estos días su punto culmen y son muchos los toledanos (no puede haber turistas) que están disfrutando y fotografiando este vigor de las aguas. Hay preciosas fotos colgadas en las redes, tomadas en toda la vega alta (Huerta del Rey), así como desde el Valle toledano. Se trata de un caudal importante, que viene a doblar algunas mediciones de solo unos días antes, pero que en realidad tan solo llega a «lo que era el Tajo» hace unos años. Cierto es que el río viene crecido, «porque no estamos acostumbrado a ver que cambie tanto de volumen, estamos acostumbrados a que venga con 25 o 30 metros cúbicos como mucho y ver los azudes al descubierto prácticamente», explica el presidente de la Plataforma de Toledo en defensa del Tajo, Alejandro Cano. A su juicio, «esto es una crecida normalita, yo no lo llamaría crecida, porque el Tajo venía con un caudal como ese o incluso con más agua».

Curiosamente, apunta el propio Cano, esa medida es muy inferior en la huerta de Aranjuez, que a la misma hora tenía un caudal de 7,42 metros cúbicos por segundo. Su mayor nivel también se dio en la madrugada del domingo, pero con tan solo 8,49 metros, ni una décima parte del volumen de agua que a esas horas estaba atravesando junto al Casco toledano.

El Jarama engorda al Tajo hasta alcanzar su «caudal normal» - Foto: Yolanda LanchaCrecida del Jarama. El propio SAIH refleja en cambio una importante subida del caudal del río Jarama, afluente del Tajo que desemboca unos kilómetros después de la ciudad ribereña madrileña, que en la estación de Mejorada-San Fernando recoge incluso caudales mayores que el propio río hispano, y ronda los 190 metros cúbicos durante las últimas horas.

A partir de ahí Cano explica, a falta de que la CHT dé más explicaciones, que lo que en realidad está pasando es que se tiene que estar desaguando aguas arriba del Jarama a consecuencia del deshielo. Se de la circunstancia de que los montes del sistema Ibérico en Madrid son de roca silícea, poco permeable, por lo que las aguas no se hunden en su interior, sino que se drenan hacia abajo, hacia diversos ríos y arroyos que acaban en el Jarama y este, a su vez, en el Tajo.