Es una verdadera incógnita saber el número de personas que a diario pasean por los alrededores del Alcázar de Toledo y no conocen la historia que semejante edificio alberga a lo largo de los siglos. El Museo del Ejército, por medio de su área de Acción Cultural, se ha propuesto reducir al máximo ese desconocimiento de forma sencilla. Aunque su plan va dirigido al público infantil, basta con echar un ojeado rápido a su obra para encandilar a cualquier  colectivo etario posible. Se trata de un cómic colorido y explicativo llevado al papel por el dibujante toledano, Toni Reollo. No es la primera vez que ambas partes unen sus caminos para hacer un tebeo infantil, pero esta vez han elegido utilizar las atractivas ilustraciones de Reollo para contar de forma diferente la historia del Alcázar de Toledo.

Desde Acción Cultural, encargados de hacer el guión e hilo conductor de la historia, trasladan  que se ha elaborado «con la idea de que la gente no solo venga al Museo y diga lo bonito que es, sino que sepa toda la historia que hay detrás». Y es que todos y cada uno de los momentos que ilustran las páginas de este cómic están sujetos a una gran documentación para ofrecer los detalles más reales posibles. En este sentido, el dibujante expresa que para poder plasmar algunos episodios han tenido que  observar representaciones en tres dimensiones o fotografías históricas «que trataban de decirnos cómo afrontar lo que queríamos mostrar». Y entre tantos ejemplos a destacar, Reollo se queda con la página que muestra el mecanismo creado por Juanelo Turriano para subir el agua del río hasta el propio Alcázar. Aunque como ejemplo claro de documentación menciona la viñeta de las ruinas del edificio tras la invasión francesa. «Por raro que parezca está adaptado de un grabado existente en el Museo del Ejército, solo que yo lo observo y lo acoplo a mi estilo» detalla Toni Reollo.

Momentos de destrucción como el que se acaba de mencionar, y algunos más como los incendios que sufrió el Alcázar o el asedio en la Guerra Civil «no son agradables para contar a los niños», destacan desde Acción Cultural, pero afirman que «tenían que aparecer para indicar el acontecimiento histórico que realmente fueron». El cómic no solo está pensado para el aprendizaje infantil, sino para acompañar las visitas de los niños. Por ejemplo, nada más entrar al Museo del Ejército se encuentran los restos de lo que en su día fue la Torre Trastámara, construida por los musulmanes, que luego se destruyó y, posteriormente, los arqueólogos descubrieron su base para dejarla a ojos del espectador. Detalles que narra el cómic y que los niños podrán comprobar en su entrada al Museo.