El momento más difícil

SPC-Agencias
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Sánchez alcanza su cuarto año en Moncloa entre los constantes choques con sus socios y las encuestas restándole apoyo ciudadano

El presidente se aferra a su idea de agotar el año y medio que le resta de mandato sin adelantar los comicios. - Foto: EFE

Pedro Sánchez tiene la firme intención de agotar la legislatura y no adelantar unas elecciones generales que no correspondería celebrar hasta diciembre de 2023. Con ese empeño, el presidente del Gobierno acaba de cumplir esta semana cuatro años en La Moncloa, valorando su gestión a lo largo de este período como la del líder de un Ejecutivo «social y ejemplar», que ha logrado «reducir las brechas de desigualdad en España pese a haber tenido que afrontar situaciones como la pandemia, el volcán de La Palma o la guerra en Ucrania».

El balance de Sánchez contrasta con la actual situación del tablero político nacional. Una realidad distinta que, más bien, sitúa este aniversario en el momento más difícil del mandato del socialista, debido a la deteriorada relación con sus socios parlamentarios y con las encuestas restándole apoyos.

El 1 de junio de 2018, el Congreso aprobaba la primera moción de censura exitosa de la democracia española, la que presentó Sánchez contra Mariano Rajoy tras la sentencia del caso Gürtel.

Al día siguiente, prometía su cargo en Zarzuela y comenzaba un período que aseguró que estaría marcado por medidas sociales y que facilitaría la regeneración democrática.

Se afrontaba como una etapa provisional a la espera del aval de las urnas que intentó conseguir casi 11 meses después, en los comicios del 28 de abril de 2019.

Pero, tras múltiples contactos y una investidura fallida, tuvo que volver a convocar elecciones el 10 de noviembre de ese año, la cita con las urnas que alumbró el primer Gabinete de coalición en el país y el inicio de lo que se presumía como un período de cierta tranquilidad al contar con una mayoría suficiente de la que formaban parte, entre otros, el PNV, ERC y EH Bildu.

La sucesión de acontecimientos ha hecho, sin embargo, que la legislatura haya discurrido lejos de esa tranquilidad, impregnada de constantes choques con sus socios de Unidas Podemos y, en los últimos tiempos, también los del llamado bloque de investidura.

 

Sinónimo de resistencia

«El presidente ya conoce lo difícil que es conseguir apoyos para llegar a La Moncloa, tampoco lo ha tenido fácil al afrontar las consecuencias de una pandemia, del volcán canario, de la guerra en Ucrania... y no se va a arredrar ahora para seguir cohesionando la mayoría que necesita España», aseguran desde Ferraz, donde conocen, no obstante, lo delicado de la situación. El panorama político actual sitúa en las portadas discrepancias entre socialistas y morados, como cuando estos se desmarcaron por vez primera del PSOE en la legislatura en la votación de un proyecto de ley, el Audiovisual, que salió adelante gracias a la abstención del PP.

La comparecencia de Sánchez en el Pleno del Congreso por el espionaje con el sistema Pegasus a líderes independentistas no sirvió tampoco para recuperar la confianza de aliados parlamentarios como ERC, pese a que intentó cerrar la crisis anunciando medidas para aumentar el control del CNI. Este asunto mantiene, de hecho, en el aire las relaciones con el Govern, a la espera de una fecha para retomar la mesa de diálogo con la Generalitat que sigue sin fijarse.

La llegada de Alberto Núñez Feijóo al liderazgo del PP ha aumentado además las expectativas electorales de este partido según encuestas como la del CIS, que sitúa a los populares pisando ya los talones al PSOE. «No es el momento ideal pero si alguien es sinónimo de resistencia, ese es Sánchez», subrayan los suyos, que están convencidos de que es posible llegar hasta el final de la legislatura tal y como afirma el líder socialista una y otra vez.

El año y medio que queda para esa cita con las urnas recalcan que es mucho tiempo en política, que nada puede darse por hecho y que los españoles van a tener oportunidad de conocer mejor a Feijóo y darse cuenta, aseguran, de que no se diferencia de su predecesor, Pablo Casado, y avala acuerdos de Gobierno con Vox.

A este frente se suma el nuevo clima en Cataluña tras los indultos a los líderes independentistas, que ahora revisará el Tribunal Supremo. Por ello, Sánchez se afana en tender la mano a sus socios parlamentarios, en especial a ERC, ofreciendo convocar cuanto antes la mesa de diálogo con el Govern.

Además, evita enfrentarse en público a Unidas Podemos. Muestra de ello fue el acto de presentación de un proyecto estratégico sobre la economía social y los cuidados donde la pasada semana, en presencia de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y las ministras Irene Montero e Ione Belarra, ensalzó a todos los miembros de su Gabinete y mostró su orgullo por el «equipazo» que forman.

Haber sacado adelante medidas como la reforma laboral, el ingreso mínimo vital, un aumento del salario mínimo y otras iniciativas para ayudar a los más vulnerables ante las consecuencias de la pandemia y de la guerra, cree el Gobierno que justifican ya una legislatura. 

Frente a ello, la oposición destaca una situación económica en España que hace aguas y que, como exige el PP, requiere de medidas drásticas como las que incluye el plan de acción que propuso Feijóo y Sánchez está ignorando.

 

La economía, el gran reto

Pese a reconocer que hay aspectos preocupantes en el ámbito económico como el de la inflación, los coletazos del coronavirus y las derivadas de la invasión rusa en Ucrania, Moncloa saca pecho de la situación de España en este aspecto reconociendo la importancia de los fondos europeos y recuerda elogios recibidos por Sánchez en el Foro Económico Mundial de Davos. Pone en valor, asimismo, los esfuerzos por reducir el precio de la factura eléctrica tanto con medidas nacionales como batallando en Europa para que avale un tope al precio del gas en España y Portugal.

«¿Y por qué descartar que haya Presupuestos en 2023?», se preguntan ante las dudas de que la relación actual con sus socios parlamentarios permita sacar adelante las que serían las terceras Cuentas del Estado en la actual legislatura.

El Gobierno afirma que lo intentará, aunque es consciente de que a priori no parece que exista el escenario más propicio para ello.

Si no lo consigue, ese fracaso asegura que no sería el detonante de un adelanto electoral porque no contempla como un drama la prórroga de los actuales Presupuestos.

'Hoja de servicios'

Los cuatro años transcurridos desde la moción de censura contra Rajoy (el tiempo que normalmente dura una legislatura) representan, a juicio del líder socialista, una «brillante hoja de servicios» con la que acudir a las próximas elecciones dentro de 19 meses.

En ello, en explicar la gestión, se volcarán tanto el presidente del Gobierno como su partido a la hora de abordar la serie de elecciones que desembocarán en las generales de diciembre de 2023.

Las primeras, y sin las mejores expectativas, las andaluzas del próximo 19 de junio.

Allí, en Andalucía y en un acto de precampaña, Sánchez recordó precisamente hace unos días lo que supuso la moción de censura. «Hace cuatro años -señaló- venció el futuro al pasado, la ejemplaridad a la corrupción, los derechos a los recortes, el empleo digno frente al despido. Hace cuatro años ganó España y perdió la derecha».

Ese mensaje, consideran los socialistas, es el principal argumento para que sus socios y aliados sigan acompañando a Sánchez hasta el final de la legislatura.