Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Sánchez, amenazado

30/05/2022

Empieza a cundir la idea entre gente sensata y bien informada, no la que se mueve en los siempre tenebrosos terrenos de la especulación y alarmismo, de que el presidente de gobernó puede ser víctima de un chantaje

No se conoce qué guardaba en el teléfono que le han hackeado. pero Sánchez sí lo sabe. Solo una preocupación extrema por el uso que se pueda hacer de información absolutamente privada, que podría ser un elemento más para perder el perder el gobierno -además de que se está ganando a pulso los pésimos sondeos- explicaría la suma de errores, por no decir barbaridades, que acumula el presidente de gobierno en las dos últimas semanas. Barbaridades que incluyen exabruptos, insólitas salidas de tono, y decisiones políticas que alarman incluso a los más sanchistas. De la mentira en sede parlamentaria ni se habla, desgraciadamente los españoles han tenido que asumir que la palabra de Pedro Sánchez no vale nada.

Sean cual sea la razón, es evidente que Sánchez ha perdido los nervios y mantiene una actitud impropia en cualquier ciudadano, más aún si es un personaje público, e inadmisible si es el presidente de gobierno.

Decisiones políticas aparte, una de las decisiones más sangrantes de los últimos días ha sido el indulto a una mujer que formaba parte de una ong vinculada a Podemos. Secuestró a su hijo que no tenía ni diez años y acusó a su padre de abuso sexual al niño, aunque policía y jueces nunca encontraron una sola prueba de esa grave acusación. Los datos, todos ellos escabrosos, son de sobra conocidos. Pues bien, el gobierno ha indultado parcialmente a la madre, que recupera la patria potestad y se salva de ingresar en prisión.

La ministra Irene Montero ha tenido la desvergüenza de decir que María Sevilla era "una madre protectora". Y ahí sigue, en el gobierno, promoviendo leyes que presentan a la mujer como seres incapaces de defenderse por sí mismas, que consideran el dolor de la regla como una fórmula para pedir la baja en el trabajo -último invento de su ministerio- y que insiste en las cuotas para que puedan abrirse camino en el mundo laboral. Un modelo que defienden los que creen que las mujeres no pueden alcanzar sus objetivos sin "ayuda". Menos mal que son millones las que han demostrado que sin la colaboración de personajes como Montero se las saben arreglar en un mundo en el que mandaban los hombres. Tiene delito, por cierto, que Sánchez haya aceptado incluir en su gobierno personas como Montero, aunque no es el único ministro con déficit claro de preparación y cabeza para formar parte de un Ejecutivo.

El caso Infancia Libre no es la única razón de que estas semanas últimas se hayan encendido todas las alarmas sobre la actitud del presidente: más que nunca, parece un hombre desquiciado. No preocupado, sino desquiciado. Por eso surge el rumor del chantaje. Solo así se explica tanto disparate.