Más de un siglo de mercado municipal

L.T.
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La futura reforma de «la Plaza» o el Mercado de Abastos supondrá un nuevo episodio de un vínculo con la ciudad de más de 100 años. El edificio se inauguró en 1915 tras dos años de obras

El interior del mercado en sus primeros años y las obras de construcción de su cubierta de hierro, estilo tradicional de comienzos de siglo. - Foto: Toledo olvidado

A veces es complicado ofrecer detalles sobre el origen de edificios como el Mercado de Abastos por su antigüedad, pero de sobra queda claro que acumula historia y vivencias de toledanos y toledanas a raudales. Aunque no fue al primer intento, este edificio abrió sus puertas de manera oficial en el año 1915, hace 107 años. Y es que anteriormente ya hubo varios arranques de obras que quedaron en nada hasta que la 'Arquitectura del hierro' consumó su estilo en este inmueble por medio de varios arquitectos. Finalmente, fue el operario municipal Juan García Ramírez el que culminó el diseño definitivo, según desvela Rafael del Cerro, en su artículo académico 'Arquitectura para el abasto. Mercados y mataderos en Toledo en el siglo XIX'.

Hasta su apertura, y según se explica en este mismo documento, el mercado no se instalaba demasiado lejos, sino que se ubicó durante un tiempo en la misma plaza Mayor, con cajas y puestos improvisados en la misma vía pública.

A lo largo de los más de 100 años en los que lleva ofreciendo productos y servicios a los toledanos, por el mercado han pasado multitud de comercios y comerciantes, además de varias marcas de supermercados. Actualmente, la situación no es tan bonita como fue hace décadas, pues cada vez son menos los establecimientos abiertos en su interior. De este modo, la renovación a la que pretende someter la actual empresa que rige su actividad junto con el Ayuntamiento de Toledo puede revitalizar una actividad que realmente lo necesita, tanto para su comercio como para los vecinos del barrio.

El inmueble presenta una armadura de hierro, recubierta de tejas al exterior y de madera al interior con diversos materiales en todo su entorno, ya sea ladrillo, mármol, cerámica o vidrio. Pese a la singularidad del edificio, algunos de sus componentes como la cubierta no se renuevan desde su apertura inicial, lo que hace que acumule daños históricos y recientes como el sufrido durante Filomena.

La mejora de su climatización también se verá con buenos ojos después del episodio vivido este mismo verano, cuando una avería en el sistema de aire acondicionado reunió las protestas de comerciantes y vecinos por las condiciones laborales en las que se encontraban.

El Mercado de Abastos no ha parado de superar dificultades a lo largo de su historia, pero con el futuro que le espera no parece ni mucho menos que vaya a dejar de prestar servicio a los toledanos.