Tomás Rufo cae de pie en su presentación en Manizales

Mario Gómez
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El matador de toros toledano dejó un gran sabor de boca en la que fue su presentación en el continente americano. Un apéndice paseó de su primer astado y sin opciones resultó el que cerró el festejo.

El torero de pepino paseó un apéndice de su primer animal. - Foto: @InfoTomasRufo

La LXVII edición de la Feria Taurina de Manizales tuvo un hito para la provincia de Toledo. Ante un desigual encierro de Ernesto Gutiérrez, en el festejo que cerraba el ciclo, el recién alternativado Tomás Rufo, se presentó en el continente americano en la prestigiosa feria colombiana. Un debut muy grato, dadas las condiciones de su lote, en el que, como coinciden los cronistas, dando una gran dimensión como describe Víctor Diusabá (EFE) «se presentó con todas las galas», una descripción de la impronta que Rufo dejó en el país cafetero.

Ante el primero, un animal noble, el torero de Pepino mostró parte del toreo que atesora, en función de la escasa materia prima que tuvo delante, destacando su verticalidad sobre todo por el lado derecho, donde llegó lo más brillante de un trasteo que brindó al respetable y que había sido precedido con la suavidad y el gusto en el manejo del capote. Una estocada de libro, fue el culmen a una faena que valió un trofeo. Ante el escaso fondo del sexto, de peor condición del festejo, solamente pudo mostrar su disposición y ganas, volviendo a destacar en el manejo de la espada y brillando a la verónica con el capote. La voluntad y disposición fue reconocida con el cariño del respetable.

Rufo, momentos antes de hacer el paseíllo, junto a su mozo de espadas, el también toledano Álvaro Santos.
Rufo, momentos antes de hacer el paseíllo, junto a su mozo de espadas, el también toledano Álvaro Santos. - Foto: @InfoTomasRufo
Rufo compartió cartel con El Juli y Luis Bolívar. El madrileño volvió a demostrar su condición de figura al indultar al primero de su lote de nombre 'Profesor', al que instrumentó una faena tal y como pedía el burel, consintiendo en primera instancia y apretándole acto seguido. En el segundo de su lote sumó otro apéndice más a los dos simbólicos del primero, en otra faena en la que mostró conocimiento y capacidad destacando las series al natural. Bolívar por su parte saludó una ovación en su primero y desorejó al 5º. Una faena variada, en la que el vallecaucano mostró el poso del paso de los años con el conocimiento de la afición, combinando lo que el toro requería junto con lo que el público esperaba para que brotase el júbilo en los tendidos y el fondo de su oponente. Tanto fue así que incluso se llegó a plantear el indulto, que coherentemente fue acallado con un espadazo en todo lo alto. Dos orejas que le sirvieron para obtener el reconocimiento a triunfador del serial alzándose con la réplica de la catedral de esta ciudad, volviendo a recaer este trofeo en un colombiano tras conseguirlo César Rincón en 2005.