El Congreso se reactiva esta semana tras casi un mes inhábil y un cierre de sesiones bronco antes de las Navidades con varias ponencias y una sesión extraordinaria. Estas citas mostrarán que deparará este inicio de año en la Cámara Baja, que afronta dos leyes clave en lo que queda de lesgislatura, como son la ley de vivienda y sobre todo la llamada ley mordaza, y pulsará si el nivel de crispación entre los partidos sigue siendo el mismo que cerró el año pasado.

Además, se da la circunstancia que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asistirá mañana al Hemiciclo para una sesión extraordinaria, justo una semana antes de que vuelva al Senado el próximo 31 de enero para afrontar su sexto cara a cara con el líder delPP, Alberto Núñez Feijóo.

En la Cámara Baja, la comparecencia del jefe del Ejecutivo está prevista a las 16,00 horas, después de que el pleno iniciado a las 12,00 haya debatido y votado los dos últimos decretos aprobados para frenar las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania.

Con anterioridad se reunirán las ponencias para derogar la ley mordaza o de Seguridad Ciudadana y para avanzar en la nueva norma de vivienda, paralizadas en 2022 y que podrían ver la luz en breve.

En concreto, se espera que la tercera reunión sobre la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana sea la última y que sus asistentes eleven ya su informe a la Comisión de Interior para su aprobación en el Pleno del próximo mes.

Ahora bien, la duda es si el dictamen saldrá adelante y si, en caso de ser respaldado, cómo quedará finalmente la norma, toda vez que los seis partidos que abogan por la reforma -PSOE, Podemos, ERC, Junts, Bildu y PNV- no han logrado llegar a ningún acuerdo en los puntos más sensibles.

Desde el inicio, el desencuentro está en cuatro artículos determinantes: la prohibición del uso de pelotas de goma, las conocidas como devoluciones en caliente y los apartados referidos a desobediencia y faltas de respeto a los agentes.

Una de las grietas más profundas entre los socios del Gobierno es la prohibición de las pelotas de goma. ERC, Junts y Bildu ya han manifestado su posición sobre la necesidad de eliminar este material, sin embargo el Ministerio del Interior y los socialistas consideran que se trata de una línea roja que no se puede tocar en ningún caso.

Según fuentes consultadas, el Gobierno y sus socios están aún lejos de alcanzar un encuentro en cualquiera de esos cuatro puntos, si bien algunos ven con optimismo que la reforma salga adelante, como es el caso de Unidas Podemos, que recuerda que solo queda sin pactar un dos por ciento del texto.

Discrepancias

Así, fuentes socialistas señalan que siguen trabajando por acercar posiciones y por sacar adelante esta reforma, pero dejan muy claro que los cambios no pueden acarrear nunca una merma en la protección a las Fuerzas de Seguridad.

Destacan que se han conseguido corregir artículos como la mera grabación y difusión de imágenes de los agentes, que en 2020 el Tribunal Constitucional no avaló. «Sería una pena echar por tierra estos avances», señalan.

Coincide así con los partidos de la coalición de Gobierno -la reforma de la ley mordaza está incluida en su pacto- el PNV, para quien, a pesar de las discrepancias, hay base para aprobar el texto y mejorar «sustancialmente» la actual norma.

«Cada grupo tendrá que reflexionar y decidir si, a pesar de todas las mejoras y de todos los avances, consideran una mejor opción no cambiar nada», apuntan desde el partido nacionalista.