Adiós al cardenal discreto

Miguel Ángel Dionisio Vivas
-

Su pontificado, desempeñado entre dos gigantes, como fueron los cardenales González Martín y Cañizares, respondió al lema episcopal, tomado de Juan XXIII, Obedientia et Pax. A él se debe la creación de Canal Diocesano y del Hogar 2000 de Cáritas

Francisco Álvarez (izquierda) saluda a Santiago Calvo, secretario particular de don Marcelo y exdeán de la Catedral de Toledo. - Foto: Yolanda Lancha

En la madrugada de este miércoles 5 de enero, a las 6:45, ha fallecido, tras una larga enfermedad, en un centro hospitalario de Madrid, el cardenal arzobispo emérito de Toledo, don Francisco Álvarez Martínez. Nacido en 1925, en la localidad asturiana de Santa Eulalia de Ferroñes, realizó los estudios eclesiásticos en los seminarios de Valdediós y Mayor de Oviedo, que continuó en las Universidades Pontificias de Salamanca y Comillas, donde obtuvo el doctorado en Derecho Canónico. Canónigo de la catedral de Oviedo, colaboró con los arzobispos Lauzurica, Tarancón y Díaz Merchán en el gobierno de la diócesis ovetense.

En 1973 fue nombrado por el papa Pablo VI obispo de Tarazona, de donde pasó más tarde a las diócesis de Calahorra y Orihuela-Alicante. De esta última sede fue llamado en 1995 para sustituir en la archidiócesis primada de Toledo al cardenal Marcelo González Martín, tomando posesión de la misma el 24 de septiembre de ese año. Durante el año 1996 desempeñó a la vez la tarea de administrador apostólico, con facultades de obispo residencial, de la diócesis de Cuenca, tras la renuncia por edad de monseñor Guerra Campos.

Durante su pontificado en Toledo reorganizó la administración diocesana, con la creación de las vicarías territoriales y reconfiguración de la Curia, alentó el apostolado seglar con la potenciación de la Acción Católica y continuó el desarrollo de los medios de comunicación diocesanos, iniciado por don Marcelo, con la creación del Canal Diocesano de televisión en 1997. Asimismo atendió de modo especial la Cáritas diocesana, inaugurando el Hogar 2000 para atención y asistencia de enfermos de sida. En 2002 la Santa Sede aprobó los estatutos del Instituto Superior de Estudios Teológicos San Ildefonso de Toledo, agregado a la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso; como cauce de desarrollo de investigaciones teológicas y de Historia de la Iglesia, promovió la creación de la revista Toletana en 1999. En 2001, el papa Juan Pablo II le creó cardenal, asignándole el título de Santa Maria Regina Pacis, en Monte Verde; de este modo, participó en el conclave que eligió sumo pontífice a Benedicto XVI.

Aceptada su renuncia a la sede primada en 2002, estos veinte años han transcurrido sumidos en un discreto segundo plano, así como en un progresivo deterioro físico debido a la enfermedad que lentamente le ha ido minando. Su pontificado, desempeñado entre dos gigantes, como fueron los cardenales González Martín y Cañizares, respondió al lema episcopal, tomado del papa Juan XXIII, Obedientia et Pax, siguiendo fielmente las indicaciones que la Santa Sede iba marcando. Entre los diferentes distintivos que recibió hay que señalar las Medallas de Oro de la Provincia de Toledo y de la Ciudad de Toledo.

Las exequias se celebrarán el próximo viernes, 7 de enero, a las 12:00, en la Catedral Primada, recibiendo cristiana sepultura en la misma, delante de la capilla de la Descensión de la Virgen.