No es infrecuente escuchar, cada vez más a menudo, que por la calle Ancha y la zona de las Cuatro Calles no se puede pasar de la cantidad de gente que hay en determinados fines de semana, fiestas, puentes y días en los que la ciudad recibe a tantos visitantes. A pesar de que el Casco tiene una orografía singular y específica que no se puede alterar y algunas zonas se convierten en un embudo por su estrechez en determinados momentos, la Concejalía de Turismo cree que ha llegado la hora de plantear un Plan de Sostenibilidad para gestionar con mayor eficacia el turismo y evitar que se produzcan problemáticas relacionadas con el tráfico, la convivencia con los vecinos, o el Medio Ambiente.
De momento, se trata de una idea que le ronda al concejal de Turismo, Francisco Rueda, desde hace meses. Las cifras del sector confirman desde hace tiempo que Toledo está permanentemente «en temporada alta y más alta» y la afluencia de visitantes va creciendo, con lo se precisa de nuevas estrategias y medidas que ayuden a compatibilizar el sector turístico en el Casco con el uso residencial sin que ninguno se vea perjudicado. Y todo indica que el crecimiento continuará -en parte tras la apertura del parque temático ‘Puy du Fou’- y se trabaja para aumentar las pernoctaciones desde hace tiempo, dado que el hecho de que Toledo esté a tan poca distancia de Madrid dificulta que los visitantes se queden a dormir en Toledo.
evitar aglomeraciones. Rueda tiene claro que el Ayuntamiento tiene que buscar y pensar la manera de que los visitantes se distribuyan por el Casco Histórico de una manera más sostenible para evitar que en el eje que discurre desde la Plaza de Zocodover hasta la del Ayuntamiento se concentre tanta gente mientras en otras zonas, de gran valor patrimonial y cultural como ocurre en la Mezquita del Cristo de la Luz, por ejemplo, permanecen prácticamente vacías.
De momento, el concejal quiere elaborar un estudio que ofrezca datos y analice esta realidad para ver distintas medidas que ayuden a rebajar la presión de turistas en determinados itinerarios y mejoren el rendimiento turístico del Casco, puesto que cada vez se producen más a menudo ‘cuellos de botella’ en distintas calles cuando hace años eran hechos puntuales en los días de celebración del Corpus o de Semana Santa.
En este caso, la Concejalía de Turismo también quiere tomar nota de las iniciativas de otras ciudades turísticas y exponerlas en su momento para lograr buenos resultados en un futuro y que el Casco no corra el riesgo de convertirse en incómodo por su éxito turístico. Rueda es consciente de que cualquier avance irá de la mano de otras concejalías, un trabajo «en red» que podría resultar muy beneficioso en los próximos meses.
Además, Rueda también observa desde hace tiempo que la oferta hostelera del Casco «se está quedando corta» y cada vez resulta más complicado ir a un bar o a un restaurante porque suelen estar llenos. En este sentido, su intención es tratarlo con el sector y estudiar posibilidades y soluciones de cara a los próximos años.
Por otra parte, el concejal cree que los residentes del Casco también tienen que tener un papel protagonista en este futuro Plan de Sostenibilidad porque el uso residencial del Casco no debe resentirse por la actividad turística, con lo que habrá que poner encima de la mesa los problemas para intentar mejorar la convivencia de ambas actividades tan beneficiosas como antagónicas.
En principio, Rueda echa la vista atrás y asegura que el sector turístico de hace años poco tiene que ver con el actual, tanto en afluencia de visitantes, en la agenda cultural y en las posibilidades que ofrece la ciudad de disfrutarla gracias a distintas fórmulas, el turismo de familia, el de congresos, el deportivo, el gastronómico...Por tanto, el Ayuntamiento está dispuesto a continuar avanzando y está a punto de sacar a la luz la ordenanza que regula los apartamentos turísticos, una normativa que ayudará a controlar un sector en auge y a evitar problemas y molestias vecinales.