'Bye, bye', persona tóxica

Eva Jiménez Gómez
-

La psicóloga Silvia Congost publica un libro que ayuda a identificar a las personas que nos hace daño y ofrece estrategias para librarnos de ellas

Bye, bye’, persona tóxica - Foto: ELISABET SERRA elisabethserrastud

Cansada se encontraba la prestigiosa psicóloga Silvia Congost de ver cómo su consulta se llenaba de personas que padecen síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión: insomnio, desilusión, dejadez, cansancio, contracturas, cambios de peso, etcétera. La mayor parte de las veces estos males tienen una única causa: un problema de relaciones. Por eso ha escrito Personas tóxicas (Zenith, 2022), para ayudar a identificar cuanto antes a las «personas que te hacen sentir poca cosa, te llevan a conductas o decisiones que tal vez no quieres o no te apetecen, no van con tus valores, te hacen sentir que pierdes tu dignidad o, directamente, destruyen tu autoestima de un plumazo». 

Con un estilo muy claro y muy directo, la autora de obras como Si duele no es amor, A solas, La voz de mis alas o Autoestima automática anima a los lectores y lectoras a mirar de frente a la vida, reconocer aquello que no gusta y plantarle cara con confianza y valor. 

Y lo defiende como profesional de la Psicología y como persona que sufrió durante varios años una relación de dependencia emocional que explica en otro libro anterior, Cuando amar demasiado es depender. 

Ahora bien, una relación puede ser tóxica por motivos diferentes, matiza cuando le preguntamos más directamente. En el primer caso, no se trata de personas tóxicas en sí mismas, pues no tienen ningún trastorno: «Simplemente no encajan contigo. Tienes que dejar la relación, pero ninguno de los dos tiene que cambiar. Habrá quien esté de maravilla con vosotros». 

Desgraciadamente, el problema se agrava cuando la persona con la que se intima o con la que no queda más remedio que relacionarse padece algún tipo de trastorno de personalidad. 

En Personas tóxicas se explican con profundidad el trastorno límite de la personalidad, el perfil narcisista y el maltratador psicológico. En todos estos casos, Congost lo tiene claro, clarísimo: huir, huir y huir; contacto cero, cero y cero. Es el único consejo posible. No hay otro posible. 

Con estas personas, advierte, la compasión puede ser un arma de doble filo: «La puedes utilizar para no cortar la relación: Me trata así porque de pequeño…. Nadie puede ayudarles y la única forma de superar una relación de este tipo y volver a sentirte bien y ser feliz es alejándote de ellos». 

¿Y qué hacer cuando se trata de un familiar?, le preguntamos. En este caso, la compasión puede ayudar a entender que no se trata de algo personal, ni mucho menos, sino que está enfermo o dañado, pero es preciso mantener una cierta distancia: «No hace falta hacer contacto cero, pero sí reducir las visitas o los contactos a cuando realmente nos sintamos bien y estemos preparados». 

Casos reales

Además de describir los diferentes trastornos para reconocerlos y alejarse de ellos, el libro incluye casos reales que facilitan la comprensión. Asimismo, se explican algunas formas de maltrato psicológico bastante novedosas como el ghosting, o el hecho de desaparecer repentinamente (se da también con mucha frecuencia en las redes sociales); y el breadcrumbing, o dar únicamente algunas migajas de cariño de vez en cuando y desaparecer hasta la siguiente ocasión. En definitiva, estamos ante un libro muy útil para aprender a elegir bien a las personas con las que ser feliz. 

ARCHIVADO EN: Depresión, Libros, Psicología