No están siendo momentos fáciles en los pequeños ayuntamientos de la provincia. A la pandemia se le ha unido Filomena. En lugares como Guadamur han tenido que ser ágiles en la compra de sal para evitar problemas de inmovilización y ahora están haciendo las valoraciones, con la asesoría de Asaja, en declaración de Zona Catastrófica. Entre tanta desgracia, su alcaldesa, Sagrario Gutiérrez, tiene una válvula de escape a tanta presión, «que me hace desconectar de todo lo que nos aflige»: la interpretación.

Una vez jubilada como maestra, Gutiérrez prosigue sus estudios de interpretación, y a la espera de un gran papel, va haciendo pequeñas intervenciones en series nacionales. La última de ellas es en el episodio 169 de la última temporada de La que se avecina, que ya está disponible en la plataforma Amazon Prime.

En realidad, recuerda la alcaldesa de Guadamur, este episodio se grabó en el mes de abril en pleno confinamiento, y la tuvieron que hacer una autorización especial para poder acudir. Gutiérrez está sentada en la mesa de un bar, cogiendo notas en una agenda y tomándose una infusión, cuando comienza a pedir la cuenta al camarero. Este, más pendiente de la conversación de otros clientes, la comienza a dar largas, hasta que Amador le recomienda que haga un simpa.

Gutiérrez ya había aparecido también en el capítulo 367 de Cuéntame, en el que hacía el papel de camarera de hotel, que estaba haciendo las camas de la habitación en la que Ana iba con su amante. Ella hacía la cama rápidamente y les hacía esperar, mientras ellos se ponían nerviosos.

En busca de un gran papel. Las Artes Escénicas han sido una afición de toda la vida de Sagrario Gutiérrez. Con un hijo actor, decidió ella también serlo, y comenzó a formarse en un curso intensivo que le dejó muy claro que quería dedicarse a esto.

Así que Gutiérrez comenzó Interpretación, estudios que ya ha terminado. Y una vez jubilada, ha comenzado, de forma semipresencial, una especialización, un máster de teatro clásico, para aprender a recitar los grandes clásicos en verso. En todo este proceso, apunta, «mis compañeros han sido lo más gratificante». Son en ocasiones gente a la que dobla la edad, «y estar con ellos ha sido una inyección de vitalidad bárbara». Algunos ya han estado en series, lo que le llena de orgullo.

Mientras tanto, la alcaldesa de Guadamur está en una agencia de actores, y de vez en cuando va haciendo intervenciones en publicidad o en series nacionales. Aunque su sueño es poder participar en una de ellas como personaje estable. «Pero eso no suele llegar así de repente, así que sigo formándome para esto», explica, convencida de que la política y la interpretación son compatibles; una depende de que sus vecinos la sigan votando y otra de que valga y salga adelante en los castings. Aunque no tiene claro cuál de las dos puede producir más frustraciones, ella se lo toma con humor.