Una médico de la prisión de Ocaña II da positivo por Covid

Redacción
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Los trabajadores están a la espera de las instrucciones de Sanidad sobre protocolos de rastreo, pruebas y posibles cuarentenas.

Una médico de la prisión de Ocaña II da positivo por Covid - Foto: Yolanda Redondo

Los temores de los trabajadores de Instituciones Penitenciarias por los posibles contagios de los presos ya fuera por el reestablecimiento de las comunicaciones íntimas y vis a vis o por la salida con motivo de permisos penitenciarios se han hecho realidad en el Centro Penitenciario Ocaña II pero en este caso por un positivo entre el personal, ya de por sí mermado, sanitario. 

Una médico de este centro ha dado positivo en Covid-19, una circunstancia que preocupa a los trabajadores de esta prisión que ahora están a la espera de que Sanidad aplique los protocolos de rastreo y pruebas PCR para determinar en qué situación se produjo el contagio, y si han de aplicarse y a quienes  medidas de cuarentena.

Mientras tanto, siguen temerosos de que las comunicaciones  entre los internos y las visitas, permitidas desde el 6 de julio, pongan en riesgo su salud y la de las plantillas ante posibles rebrotes. Al respecto, señalan desde Acaip-UGT con representación en las cárceles de Ocaña que se ha abierto «sin control» y que «parece como que no hubiera pasado nada ni hubiera pandemia ni coronavirus».

Señalan desde este sindicato que en Ocaña es «imposible» mantener el distanciamiento social en la sala de espera en la que «se han llegado a juntar 68 personas» y que la escasa plantilla, ahora tamién muy ajustada con la temporada de vacaciones, no puede hacer frente a muchas incidencias para que los familiares tomen conciencia de la importancia de respetar las medidas de seguridad.   

Y es que es imposible evitar todos los gestos afectivos -abrazos o besos- entre familiares y presos que hace tantos meses que no se veían. «No se dan cuenta de que son un foco potencial de contagio», señalan preocupados desde el sindicato porque cuando los familiares se van a sus casas ellos -los presos- vuelven a su rutina en la que tienen contacto, por ejemplo en el patio, con 400 personas.

La falta de un procedimiento homologado para todos los centros penitenciarios también es otra demanda de los representantes de los trabajadores que recuerdan que los internos son personas en una gran proporción con diversas patalogíoas previas que les convierten en población de mayor riesgo frente a un contagio de coronavirus.

Desde CSIF se reclama a Instituciones Penitenciarias que en los centros penitenciarios del país se reduzca el número de familiares que se comunican con los internos y el número de cabinas de comunicación, además de que se reanuden las cuarentenas preventivas en módulos específicos para los nuevos ingresos o para quienes vuelvan a los centros tras los permisos, una medida que dejó de ser obligatoria desde el pasado 25 de junio «y que es fundamental para reforzar la seguridad».