Por España, por Toledo, por imperativo legal...

J.S.
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Los ediles de Unidas Podemos José María Fernández y Olga Ávalos prometieron por «imperativo legal» y para trabajar por la «república, el pueblo trabajador y la erradicación de las violencias machistas». Los de VOX juraron «por España y por Toledo»

José María Fernández, portavoz de Unidas Podemos.

Las variaciones de la promesa o juramento que ayer realizaron los 25 concejales del Ayuntamiento de Toledo demuestra la diversidad de grupos que configuran la nueva Corporación municipal.

Los concejales de Partido Socialista, Partido Popular y Ciudadanos utilizaron el enunciado que parece en el ordenamiento que rige la toma de posesión. Los socialistas se decantaron todos por la promesa y los populares prefirieron jurar su cargo. Por contra, los de Ciudadanos conjugaron las dos opciones. Y es que tanto Araceli de la Calle como Julio Comendador se inclinaron por utilizar la fórmula del juramento mientras que Esteban Paños, su portavoz, optó por la promesa.

Pero desde luego, la innovación llegó a la Sala Capitular de la mano de los dos concejales de Unidas Podemos y de los dos ediles de Vox.

Alberto Romero, portavoz de VOX.Alberto Romero, portavoz de VOX.Los dos primeros, prometieron sus cargos «por imperativo legal», aunque luego adornaron su promesa con otros ‘ingredientes’ de su propia cosecha.

Así, Olga Ávalos prometió cumplir con las obligaciones de su cargo y trabajar por la «república y por el pueblo trabajador». Al acabar, se escucharon los primeros aplausos en las sala. Llegado el turno del portavoz de esta formación, José María Fernández, éste decidió trabajar por una «Constitución Republicana y para erradicar todas las violencias machistas».

por españa. En sus antípodas políticas, los dos concejales de VOX también introdujeron algunos cambios a la fórmula reglamentaria. Ambos juraron sus cargos pero añadiendo la coletilla «por España y por Toledo» y mostraron su lealtad a «su majestad» el rey.

Fueron, sin duda, las notas de color a una ceremonia de constitución que transcurrió con total normalidad y que duró poco más de una hora. Nada que ver con lo que ocurriera hace ahora cuatro años, donde el protagonista indiscutible fue el crucifijo colocado junto a la Constitución Española. El hecho de que los concejales cumplieran con el requerimiento legal de acatar la Constitución por orden alfabético y no por grupos obligó al por entonces secretario general de Pleno, César García-Monge a poner y retirar la cruz de la mesa constantemente en función de las creencias de cada edil.

En esta ocasión, y para evitar, los chascarrillos que se generaron en aquella ocasión, no se visualizó ningún tipo de signo religioso encima de la mesa. Que no se viera no quiere decir que no estuviera. Y es que junto a la Constitución se colocó abierto el Libro de Juramentos, ejemplar del año 1594 que se conserva en el Archivo Municipal y que tradicionalmente ha sido utilizado en el Ayuntamiento de Toledo para la toma de posesión de sus alcaldes. La elección de la página donde los concejales posan su mano no es casual porque en ella hay dibujado un crucifijo.