«No sabía que había droga, si no no hubiera subido al coche»

M.G
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La fiscal pide cuatro años para cada uno de los dos acusados, pero solo comparece la mujer colombiana parapléjica. Niega su participación en la venta de droga a las puertas del Hospital de Parapléjicos

«No sabía que había droga, si no no hubiera subido al coche» - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

Una llamada, un Renault Megane sospechoso con dos personas a bordo y un paciente del Hospital de Parapléjicos que supuestamente se acercó para comprar cocaína. Con este croquis que figura en el escrito de acusación ha comenzado el juicio en la Sección Primera de la Audiencia Provincial contra dos acusados, H.A.L. G, y L.C.E.A, ambos de nacionalidad colombiana por un delito contra la salud pública. La vista se inició pasadas las 10.30 horas, media hora más tarde de lo previsto y con un único procesado, en este caso, la mujer colombiana parapléjica que está acusada «de autora material» junto al otro acusado, que no apareció en la Audiencia.

«No sabía que había droga, si no no hubiera subido a ese coche», explicó L.C.E.A. durante el interrogatorio de la fiscal, que insistió en relación a los nueve gramos que se encontraron distribuidos en 16 envoltorios en el interior del faro derecho delantero, a los que se sumó también uno más, de 1,4 gramos de cocaína escondida en los bajos del asiento del conductor. La acusada negó haber formado parte del intento  de venta de la sustancia a un paciente del Hospital Nacional de Parapléjicos, que salió del centro, intercambió unas palabras con el otro acusado en la puerta y se marchó sin adquirirla.

La fiscal, que solicita una pena de cárcel de cuatro años para cada uno de los acusados y una multa de 1.232 euros, preguntó por qué el paciente sí la había inculpado en la operación, y L.C.E.A. respondió que esa afirmación se produjo por despecho al haberse negado a mantener relaciones sexuales con él. La acusada comentó que le conocía, puesto que acudía regularmente a reuniones sobre el dolor y a revisiones, ya que estuvo ingresada en 2008 y recibió el alta en 2009, pero negó en varias ocasiones haber ejercido de enlace y señaló que el otro acusado se prestaba a llevarla en coche cuando era invierno o tenía que ir temprano al hospital.

La abogada de la defensa llevó el interrogatorio con preguntas cortas y muy concisas para que la acusada respondiera con un sí o un no a la mayoría de ellas. Según explicó la procesada a la sala, no contactó con el paciente del hospital ese 25 de febrero de 2013, tampoco le facilitó el teléfono a su acompañante, el conductor del vehículo, y nunca ha sido detenida ni ha vendido droga.

Respecto a la implicación que denunció el paciente, la acusada mantuvo que no entendía el motivo de las acusaciones. «Que una persona llegue hasta ese punto no me lo esperaba. Puedo esperar que se enfade y cambie de actitud», señaló en referencia a la negativa de mantener relaciones sexuales.

Antes de que acabase el interrogatorio, uno de los magistrados preguntó a la acusada para aclarar la contradicción en la que cayó durante el juicio cuando dijo que ella no sabía si el paciente del hospital consumía drogas, puesto que en la declaración de hace años sí indicó que era consumidor». Si bien, ella mantuvo que no conocía su adicción y no ofreció una explicación clara.

Los hechos se remontan a hace siete años. Aún no se sabe si la defensa alegará dilación en el procedimiento, pero sí quedó ayer claro que va a por todas para que su clienta no sea condenada por este delito. Tras el interrogatorio, testificaron tres policías que participaron en la detención y el juicio se suspendió porque faltan pruebas por practicar y es necesario disponer de algunos días antes de volver a retomarlo.