Parece que quién tenga un DNI cuyos números coincidan con el premio gordo de Navidad serán agraciados con una dosis de la vacuna contra la Covid-19. Sánchez ya ha encargado al ‘negro’ correspondiente que le vaya confeccionando la tesis doctoral correspondiente que le acredite como ‘Doctor en Vacunas’, exista o no exista este título. Parece que las dosis sorteadas las administrará a bordo del Falcon vistiendo una bata de raso blanco, diseñado por Pedro del Ferro. Será retransmitido en directo a horas de máxima audiencia y los agraciados recibirán el diploma correspondiente y además podrán exhibirlo ante cualquier mal virus que quiera atacarlos.
Está previsto que no ponga ninguna de las dosis hasta que el Falcon no salga del espacio aéreo de Madrid, ya que un estudio encargado por él mismo acredita, que por los bajos impuestos que cobra esta Comunidad, el efecto de la vacuna es mucho menor que en lugares en los que te fríen a tributos progresistas y democráticos. Parece que a los fritos le da la vacuna mucha más protección.
La sorpresa que tiene reservada a los agraciados con estas dosis, es que oficiará con Pablo Iglesias y Arnaldo Otegi de ayudantes, lo que tiene de los nervios a Andoni Ortuzar, que está viendo que después de ejercer como Judas para propiciar la entronización de Pedro Sánchez, ahora este se entiende con la izquierda vasca ¡Oh maravilla! No obstante aún le resulta rentable la venta de sus votos, porque los vascos ¡esos sí son listos! hacen lo que les da la gana, presumen de nivel de vida y de desarrollo, sin poner un duro para el común ¡así se puede!
Parece mentira que, después de cuatro siglos, siga vigente gran parte de aquella frase de nuestro genio, don Francisco de Quevedo: «Aragón y Portugal no pagan un solo real; Cataluña y Aragón son de la misma opinión; solo Castilla y León y el noble pueblo andaluz llevan acuestas la cruz». Lo peor es que sigue siendo básicamente real, con la colaboración de personajes como nuestro presidente, a quién Dios confunda, que no tiene empacho en aumentar estas irracionalidades. Y no solo eso, sino que, como ahora hay un territorio en el centro de España, que progresa pese a estas palpables injusticias y alcanza un nivel de empleo y vida que nada tiene que envidiar a los de la periferia nacionalista, se propone ofrecer a los independentistas su cabeza en bandeja de plata. Es increíble que quienes deberían luchar por equilibrar en riqueza a toda España y suprimir privilegios arcaicos caminen en dirección opuesta, atiborrando con recursos de toda España a quienes ya padecen de obesidad. ¿Cómo creen que, por ejemplo Toledo, que fue la mayor ciudad de la Península durante siglos, haya terminado siendo poco más que un pueblo grande? ¿Cómo creen que San Sebastián pasó de ser un pueblecito a una ciudad próspera? Pues, obviamente todo ha sido a base de dinero, de ventajas que se conceden a unos territorios y si niegan a otros. Y lo peor de todo es que casi siempre ha sido a base de cuñas de la misma madera del pobre esquilmado.
Pero no se preocupen, echen a la lotería a ver si son agraciados con uno de estos cinco premios y sigan pensando que ser socialista es ser progresista. No pierdan la ilusión.