La entrada en la fase 2 de la desescalada no ha propiciado, de momento, la apertura generalizada de los hoteles de la ciudad porque, hasta la fecha, tan sólo han reabierto sus establecimientos los pequeños hoteles, los hostales y los apartamentos turísticos. Negocios que, debido a sus dimensiones y necesidades, poseen una mayor capacidad de reacción en estos tiempos de incertidumbres y falta de certezas.
Víctor Iglesias ha analizado en este periódico una realidad que aunque empieza a «despejarse» no deja de ser un gran reto para los hoteles de mayor entidad que, por tanto, requieren de más medios. En este punto, el delegado de la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH) en la región asegura que la mayoría de los establecimientos hoteleros se están planteando abrir de nuevo «a finales de junio y, sobre todo, a principios de julio», una vez comience a agilizarse la movilidad entre provincias y se permita la entrada de turismo internacional.
Y es que hay que tener en cuenta «que arrancamos de cero» porque «solemos planificarnos dependiendo de las previsiones» registradas mes a mes, lo que ahora «resulta duro porque tenemos que abrir sin contar con ese colchón de reservas que nos permiten organizarnos con anterioridad». Eso conlleva, además, la decisión de «sacar a nuestros trabajadores de los ERTE sin saber si vamos a tener reservas o no», lo que genera «mucho miedo a reabrir sin ingresos».
Sobre el inicio de la demanda por parte de los clientes, confirmó Víctor Iglesias que «están entrando algunas reservas» de turista nacional pero que la previsión es que «la confianza de los clientes sea mayor cuando el panorama esté más despejado» y cuando haya movilidad entre provincias. Esta espera supondrá que las reservas se tramiten de fechas muy próximas a sus viajes, lo que no permitirá tener la certeza de la llegada de visitantes con cierta antelación.
Sin embargo, y apostando por contemplar el vaso medio lleno, el también director del Hotel Pintor el Greco cree que «nos va a ir mejor de lo esperado» porque Toledo es un destino excepcional, y aunque julio y agosto no son los mejores meses de recepción, es posible que el turismo nacional opte por viajes «más cortos y más cercanos a sus lugares de residencia».
En este sentido, preguntado por la posibilidad de que sea el visitante español el que asegure la actividad hotelera, apreció que «va a ser difícil que el turismo nacional logre llenar más del 50% de las plazas habitualmente ocupadas por visitantes internacionales».
Sobre los porcentajes de ocupación, precisó el delegado en la región de la AEDH que en la ciudad «aproximadamente un 50% es turismo extranjero», estando en el otro 50% el visitante nacional que, auguró, es previsible que «un 15% no saldrá de su lugar de residencia por miedo o por motivos económicos», mientras que otro 15% tramitará sus reservas «cuando la situación ofrezca mayores dosis de confianza».
prolongación de los erte. La Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH), la Asociación Española de Profesionales del Turismo (AEPT), Las Llaves de Oro Españolas Skal Internacional España y la Asociación Española de Gobernantas, solicitan al Gobierno que se prorroguen los efectos de los ERTE por Fuerza Mayor a un mínimo de un año, para proteger al sector turístico de los efectos de la crisis del Covid-19. No en vano, esta actividad tardará más en reanudar con normalidad su actividad por la falta de conectividad aéreo-portuaria internacional y europea. Esta solicitud se ha elevado al Gobierno con la intención de proteger al Turismo que representa directa e indirectamente un 25% del PIB nacional.
Además piden la puesta en marcha de medidas económicas que contrarresten los efectos negativos de la crisis del Covid-19, la rebaja y, en algunos casos, exoneración de impuestos generales y municipales; rebaja de los tipos de IVA a un único tipo, el más bajo, para incentivar de nuevo el consumo; la creación y mantenimiento de los subsidios a desempleados; o la atracción de inversiones extranjeras creando un espacio económico fiscalmente atractivo a la inversión.
Los objetivos comunes son muy claros: salvar vidas, salvar la economía y al Turismo, evitar la destrucción de empresas y empleo que de forma directa e indirecta están ligados al sector turístico. Consiguiendo, así, que uno de los principales motores económicos de España, lidere la recuperación económica del país.