Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Paripé

21/07/2021

Últimamente la situación creada, entre incómoda y de astuta animadversión, de Page con Toledo y de Tolón con Castilla-La Mancha, huele bastante a paripé. Pero del de frasco de pachuli, del que deja rastro y nebulosa y nadie puede dejar de taparse la nariz.
El casco histórico es uno de los barrios de población más envejecida de la ciudad y tiene un centro de día que, otrora, funcionaba bastante bien para dinamizar la vida de nuestros mayores. No sólo para los del casco, sino que servía de punto de reunión y ya se daban una vueltecita por Toledo. Pero el coño de la pandemia ha provocado una catarsis en estos centros, uno ya no sabe cómo acertar, con vacunación o sin ella, no hay quien se fíe con la que tienen liada los jóvenes.
Bien es cierto que el abandono del edificio da para mucho, pero se han transgredido líneas bastante irresponsables con este tema, nos toman por ignorantes o lelos.
Ese enfrentamiento infantiloide, pueril y hueco con respecto a la finalidad del abandonado Hospitalito del Rey es el único resquicio que parecen haber encontrado como patio de recreo para sus cuitas.
Las encuestas vaticinan una oleada de castigo a todo lo que tenga que ver con Sánchez y el equipo con Podemos. Y ahí los tienen, uno diciendo sandeces con la boca pequeña para que no le puedan decir nada desde Ferraz y la otra de meritoria por si cae una pedrea en la próxima crisis de gobierno nacional.
Supongo que el asociacionismo toledano se ha dado cuenta de esta actuación circense y no caerá luego en un síndrome de Estocolmo subvencionado que les ría bobaliconamente las gracietas a los Pimpinelas toledanos.
Que si tú, que si yo, que si la tengo que poner, y yo te la tengo que quitar. Todo con carantoñas y quejidos, con lacónicas penas y demagogia de la barata y execrable de dos políticos sin raza, ni ganas de cumplir con sus obligaciones: servir al ciudadano.
Pues eso, un paripé nauseabundo para que, finalmente, el Hospitalito del Rey no tenga partida presupuestaria, ni mobiliario adecuado, ni personal asignado. Lo que no son cuentas, son cuentos, y no veremos, ni en el 21 ni en el 22 el Hospitalito al servicio de nuestros mayores toledanos.