Cierra el bar mítico y centenario de La Calzada

J.M.
-

La familia Luengo ha regentado durante tres generaciones el negocio de la plaza de España. «No se cerró nunca, ni durante la guerra. Solo los tres meses de la Covid», recuerda la dueña

Cierra el bar mítico y centenario de La Calzada

Un mensaje sobresalía entre todos: 'Nous sommes très tristes'. El Ayuntamiento de La Calzada de Oropesa informaba el lunes del cierre del bar Luengo, que resistía desde 1924, y se desencadenaron los comentarios querendones de los vecinos de esta localidad de La Campana de Oropesa de 500 habitantes. Incluso uno enviado desde Francia que evocaba los recuerdos de la infancia de una familia emigrante vinculados al centenario negocio de la plaza del pueblo. «Es un bar mítico», repetía ayer en palabras a este diario el alcalde, Valerio Pulido. Y apostillaba: «Ha sido una despedida emocionantísima». Porque todos los calzadeños sabían que el día 17 era especial.

La Semana Santa discurrió con una plaza de España abarrotada durante los días clave. Como los toreros, el bar Luengo se despidió a lo grande, con un despacho de comida y bebida incesante. La Calzada de Oropesa encara ahora, eso sí, el mazazo de perder un bar donde encajaban los jóvenes con sus primeras cervezas y los ancianos que apuraban sus postreros chatos de vino.

Hasta el pasado domingo. Entonces, Esther echó el cerrojo al bar de su familia, 98 años después de la apertura, tal y como recordaba un letrero que presidía la entrada. «No se cerró nunca, ni durante la guerra. Solo cerró por la Covid, por los tres meses de la Covid», resumía la propietaria.

«Fue muy emocionante. Vino gente de Madrid. Se nos acabó todo. La gente no quería irse», recuerda emocionada Esther, la nieta de los fundadores del bar y alma del negocio de la plaza de España desde 1986. El fallecimiento de su marido desencadenó hace unos meses la decisión del cierre. «Me gustaría alquilarlo y traspasarlo porque la plaza se queda muy triste. El bar de la plaza es significativo para un pueblo. Me gustaría que siguiera como bar», apunta.

Serapio Luengo y Vicenta Bellón, los abuelos de Esther, abrieron el negocio en 1924. Ya en 1957, Serapio Luengo Bellón, padre de Esther, tomaba las riendas del negocio familiar, que acabó en manos de Esther y su marido, Manuel Moreno Alegre, en 1986. El matrimonio se mudó desde Madrid para regentar la alegría de la plaza de España y triunfó. «Lo más importante ha sido la comida. 18 pinchos diarios», presume Esther.

Por estas razones 'Luengo' ejercía probablemente como el bar con más solera de toda la Campana de Oropesa. Y en continua adaptación a los gustos de cada época. Incluso capitaneaba fiestas ibicencas en plena Campana de Oropesa. «Hemos tenido mucha vocación», apostilla Esther, ya con 63 años.

El alcalde La Calzada de Oropesa expresa la gratitud de los vecinos a la familia Luengo: «Han dado un grandísimo servicio al pueblo». Un municipio que mantiene ahora otros tres bares, más el de la piscina en verano y las gasolineras.

«Nos despedimos de un bar con mayúsculas, que ha sido un referente de la hostelería de nuestro pueblo y de toda la comarca. Un local que por el grandísimo trabajo de su gente es y será para siempre una institución en La Calzada de Oropesa», concedía el Ayuntamiento. Y remataba una vecina: «Siempre quedará en el recuerdo».