Ejemplos de supervivencia ante la violencia de género

Jaime Galán
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La sede de la ONCE acogió ayer un acto para visibilizar a las mujeres con discapacidad que, a su vez, han sido víctimas de violencia machista a lo largo de su vida. Sus testimonios y sus dificultades para encontrar empleo las sitúan como auténticas

Ejemplos de supervivencia ante la violencia de género

Pocos elogios son suficientes para describir a estas mujeres y a la serenidad con la que abordan los difíciles momentos que les ha tocado vivir a lo largo de su vida.En el marco del proyecto 'Mujeres en Modo ON. Violencia de Género', que busca facilitar el empleo a mujeres que han sufrido este tipo de violencia y que, además, cuentan con algún tipo de discapacidad, la sede toledana de la ONCE acogió ayer varias intervenciones. Sin embargo, una de las mesas redondas no se puede describir con palabras. Fue la que protagonizaron Elena, Carmen y Mamen. Tres mujeres que vivieron en sus carnes episodios violentos que, de alguna u otra manera, les persiguieron o lo siguen haciendo a lo largo de su vida. Pese a todo, el que escribe estas líneas está a favor de recalcar la lectura positiva que hizo  Mamen, una de las protagonistas, cuando le tocó su turno de palabra: «fui víctima, pero ahora me considero superviviente». Eso es lo que son. Además de un ejemplo.

Durante esta mesa redonda, las tres mujeres contaron algunas de sus experiencias. Elena, madrileña de nacimiento pero afincada en Talavera, tuvo que dejar su trabajo como profesora de música al estar incapacitada por un trastorno bipolar, hernias discales y espolones en los pies. Aunque ahora se dedica a componer canciones infantiles, relató que todavía sigue sufriendo «cuando veo a un hombre tenso o levantando la voz». Ella narró que su ex pareja le hacía violencia psicológica haciéndola creer que se imaginaba las faltas de respeto a causa de su trastorno, pero Elena tiene claro que «los violentos son violentos estando enfermos o sanos, y la gente tranquila lo somos en todo momento».

En el caso de Carmen,  su discapacidad actual se ha producido tras los golpes o palizas propinadas por su maltratador. Su testimonio fue demasiado duro para los espectadores de la cita. Sin embargo, ella no solo sufría durante los momentos de violencia. También cuando supuestamente se había acabado todo. Esta contó que fue despedida de algunos trabajos porque su ex marido incumplía la orden de alejamiento, lo que provocaba la presencia de la Guardia Civil en su centro de trabajo y, en consecuencia, su despido porque a la empresa le parecía que «daba mala imagen». Su maltratador también le frustró hasta dos negocios que ella mismo impulsó, lo que la hizo optar por «reiniciarme y empezar a estudiar otras cosas».

Precisamente, en el apartado laboral, Mamen apuntó que se ha sentido estigmatizada, debido a que «las empresas me han señalado con un doble puntero, por ser discapacitada y por ser víctima de violencia de género». En este sentido, Mamen dijo que en entrevistas de trabajo no escondía su discapacidad, pero sí el hecho de ser víctima «porque las empresas no están preparadas».

Sobre su experiencia en el proyecto, las tres coincidieron en un mismo punto, que si su experiencia sirve para ayudar a otras mujeres ya se dan por satisfechas. Si eso ya les ayuda a otros objetivos como enriquecerse personalmente o encontrar trabajo, pues aún mejor. Ya lo dijo Mamen, no son víctimas, son supervivientes.