«La cultura y el arte están ahí porque crean valores»

Lola Morán Fdez.
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Isabel Ordaz, actriz de amplia trayectoria profesional con importantes premios nacionales e internaciones y que ha trabajado en algunas de las series de mayor éxito, llega este sábado 8 al Teatro Palenque de Talavera con la obra 'El beso'

«La cultura y el arte están ahí porque crean valores» - Foto: Roberto Carmona

En un momento en el que la pandemia ha marcado distancias impidiendo a las personas relacionarse y demostrarse cariño como hasta ahora, la obra ‘El beso’ se recibe con más ganas y con la satisfacción de poder recuperar esa cotidianeidad de asistir al teatro y de participar de una conversación entre extraños, encarnados en este caso por Isabel Ordaz y Santiago Molero. Su visita a Talavera forma parte de la gira que arrancó en Navidades y que está dejando muy buen sabor de boca en el público.

Ha hecho cine, televisión y teatro, ¿en qué medio está más cómoda?

Ahora mismo estoy muy centrada en el teatro y en la poesía, es donde más cómoda me siento en este momento, me gusta, me siento más creativa, más comunicativa, más expresiva, aunque todo está bien, cada medio te da una cosa.

Lo del teatro es una opinión unánime en casi todos los actores, he leído además que usted ha dicho que el teatro le parece la gran escuela donde los actores son más artistas, más creadores, ¿por qué?

Porque el directo, como en la música los conciertos, no tiene parangón. Hay una ceremonia de la relación, de la comunicación entre el espectador y los intérpretes donde se revela un poco el trabajo, cada día distinto. Eso no lo tiene el cine, que es mucho más técnico, aunque es igualmente artístico, desde luego, pero hay una suerte de factores que el actor o la actriz no controlan. 

En teatro tú cuentas la historia cada vez, asistes cada vez con un público distinto, con otras personas que van allí a escuchar tu relato y es en directo, vibra contigo. Eso no lo puedes encontrar en la televisión, donde cortas o no cortas, esto es de un tirón, te tienes que encomendar a dios y al diablo (risas). Y ese sentir en común con la audiencia, todo lo que suscita lo que tú estás interpretando, desde una risa a una emoción o un silencio, es hermosísimo de vivir.

Tiene la tragedia de que es efímero, de que lo otro queda grabado, queda a perpetuidad en una imagen, pero un escenario es cada día, cada día nace y termina, es una emoción muy grande y es más artístico.

A Talavera viene con ‘El beso’, ¿qué puede adelantarnos de la obra y de su personaje?

‘El beso’ es una coproducción con el Teatro Español. Es algo que me propuse y trabajé durante un tiempo para levantar esta producción junto con otras personas y desde que me pasaron el texto, de Ger Thijs, me pareció muy bonito. Es una historia muy sencilla de un hombre y una mujer y un encuentro en ese momento generacional donde tienes ya cincuenta y tantos y los sueños se empiezan a romper un poco o un mucho, donde hay un peligro de que las cosas empiecen a ir un poco menos bien en el sentido del amor, de los sueños, de la salud incluso. Y ella y él, que son los nombres de los personajes, un hombre y una mujer, tan desnudo y tan adánico como eso, se encuentran en una excursión. Cada uno va a un destino, ella va a por unos resultados de unas pruebas médicas y él se está buscando a sí mismo porque es actor y siente que ha fracasado.

En esa brecha, en esa crisis, ambos se encuentran y en el espacio de tiempo que dura la representación, que es hora y media aproximadamente, sucede lo que sucede en todas las parejas. Se enamoran, se desenamoran, se acercan, se alejan, se desean, se sospechan, no se fían, y sobre todo se establecen unas redes de confidencialidad, de apertura del corazón y de la vida, que no se suelen dar en su medio familiar o de amistades. Poco a poco van desvelando lo que sienten, lo que piensan, la vida misma, y es muy bonito transcurrir con ellos, al público le está gustando mucho.

Viene a Talavera en un momento en el que la pandemia está dando cierta tregua a la cultura, ¿cómo ha vivido estos meses?

Lo he vivido como lo hemos vivido todos, bueno, algunos peor, dado que han sido sentenciados y se han muerto, es decir, ha sido una cosa muy trágica. Y durante los primeros momentos de una manera desconcertante y asustados porque nos confinaron y no había salida. 

Era ir a buscar al supermercado la comida del día y ya está, era todo una preocupación y muchísima empatía con la gente que estaba sufriendo en aquellos hospitales terribles solos, porque la muerte en sí es muy dolorosa para los que pierden a su gente pero encima que estén solos en ese último momento nos tenía sobrecogidos a todos. Había una dimensión muy dramática en el asunto, y mucha ceremonia de la confusión, aquello era un guirigay.

Yo no tengo una idea de lo que ha pasado todavía, creo que es demasiado pronto, sé que hay personas que lo están pasando mal y eso me conduele mucho, y yo, como todos, me quedé varada, como una ballena. Tuvimos que suspender la presentación de un poemario, se suspendió la Feria del Libro, ha pasado ya a lo tonto un año, y nosotros, en cuanto se pudo, hicimos unos ensayos maravillosos mediante ‘Zoom’ sobre el texto, y luego, cuando pudimos, nos encontrábamos, empezamos a ensayar y deseando retomar la actividad.

Poco a poco, hemos tenido un poco de suerte y hemos encontrado un caminito para ir haciendo. La estrenamos en Navidades, ahora estamos con una pequeña gira, volvemos al Español en junio... Quiero decir que, dentro del drama, me considero afortunada. Ahora, creo que hemos sido socialmente tocados por algo radicalmente imprevisto y que poco a poco irá definiéndose el futuro, y creo que habrá cambios importantes a la hora de relacionarnos, de ver la política, las tecnologías.... todo esto está por dimensionar todavía, creo que estamos todavía conmocionados.

La cultura fue la salvadora o, al menos, ayudó a aliviar el confinamiento, ¿cree que se ha valorado después lo suficiente?

Suscribo esa valoración, y espero que así sea porque ha sido obvio. Ha sido evidentísimo que esto nos lo ha ayudado a soportar. Las series, las películas, sobre todo cuando estábamos cien por cien confinados, y luego poco a poco el teatro, que nunca se ha abandonado con todas las medidas de seguridad. Creo que siempre ha estado ahí una ventanita abierta, y la respuesta del público ha sido como de hambre, acudía a todo lo que se le proponía, deseoso de encontrarse con otros, de que le contaran una historia.

Hace poco fui a una exposición y estaba a tope, siguiendo las restricciones, pero la gente estaba como sedienta de este tipo de acontecimientos y de respirar un poco de arte, de cultura, de belleza, para salir un poco del agobio de la situación.

Espero que se reconozca porque ha sido evidente. Supongo que sobre todo las plataformas, el audiovisual y todo esto, el consumo ha ascendido, pero también los libros. Y de repente, yo de vez en cuando compro alguna plantita o flores, y me decían en la floristería que venden más flores, era un detalle que me suscitó mucha curiosidad, era como la necesidad de pintarnos la vida un poco de color. 

Espero que se reconozca, que sea apoyado de una u otra forma por una industria que no solamente piense en una rentabilidad de mercado, sino también que la cultura y el arte están ahí porque crean valores, futuro y también pensamiento y emociones. Ayudan a reflexionar y a conocer mejor tus emociones.

Su trayectoria teatral es amplia pero también es muy conocida por su faceta televisiva en series como Aquí no hay quien viva y La que se avecina, con su personaje de ‘la Hierbas’, muy querido por el público, ¿qué recuerdos guarda de este trabajo?

Recuerdos muy pocos. Estoy muy agradecida a la simpatía que despertó ese personaje, todavía por estas cosas de la televisión que tiene esa extrema difusión, y como es una serie que se ha repetido y ha sido exitosísima. No cabe duda de que estoy muy agradecida, que me ha dado cosas, popularidad, trabajo, pero llevo ya más de quince años desvinculada de la serie. No veo nada de esto, estoy centrada en otras actividades de mi presente, eso es mi pasado. 

El personaje fue muy bonito, me lo pasé muy bien haciéndolo mientras duró, y fue y es todavía una serie creo que muy querida, pero ya estoy desvinculada. Me gustó hacerlo, fue un bonito personaje, me encantó trabajar con mis compañeros y creo que la serie era muy original pero ya está. Si me reconocen por la calle o me dicen cosas bonitas lo agradezco pero no estoy ahí.

Al margen de su faceta como actriz, está la de escritora, con varios libros de poesía y uno de relatos cortos, ¿qué encuentra en la escritura?

La escritura ha ido poco a poco tomando terreno en mi vida. Siempre he sido una voraz lectora, he leído vorazmente, anárquicamente, pero siempre de una manera compulsiva. Y poco a poco tuve la necesidad de buscar mi propia voz como actriz, que es un oficio muy hermoso, muy creativo, muy artístico también, pero siempre he servido la voz de otros. Los textos y los sueños, las fantasías de otros, y el lenguaje de otros me venían ya dados, yo lo encarnaba, los actores estamos ahí para encarnar algo, los sueños de otros, y me encanta porque trabajas con el cuerpo y en el espacio del escenario, esto es bellísimo. Pero necesitaba encontrar mi propia voz y la escritura me ha ido ayudando a eso, y más allá de haber publicado este libro de relatos, el género en el que mejor me encuentro es el de la poesía, el que me sale de una manera más natural, me encanta esa relación extrema que tiene la poesía con el lenguaje.