El hurto de castañas en la Sierra alcanza los 50.000 kilos

J.M.
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El Real advierte estas semanas en unos folletos de que se trata de un recurso económico para las familias serranas. El perjuicio puede sumar 120.000 euros

El hurto de castañas en la Sierra alcanza los 50.000 kilos

La fiesta de Los Santos está asociada a un puñado de castañas contra el frío. El fruto puede encontrarse fácilmente en una comarca de la provincia, cuyo aprovechamiento económico está diezmado. El alcalde de El Real de San Vicente, Jorge Martín, observó ayer a dos personas que cargaban con sendos sacos de castañas. Posiblemente, fueran unos más de los hurtadores de este fruto en las fincas privadas serranas. El cálculo de pérdidas, según el representante de la localidad con más árboles de la Sierra, alcanza en una campaña los 50.000 kilos y una merma de 120.000 euros en toda la comarca.

La temporada de la recogida de castañas amaneció temprano este año, a mediados de octubre, en la Sierra de San Vicente (El Real de San Vicente, Almendral de la Cañada, Navamorcuende e Hinojosa de San Vicente) y se extenderá hasta mediados de noviembre. Los propietarios y los arrendatarios de los castañares han mimado los árboles durante el año para sacar rendimiento económico del fruto, pero se producen hurtos hasta por la noche, con saltos de vallas o roturas de candados. «Saben perfectamente que no hay nada público. Es privado», apunta el alcalde sobre las plantaciones de su término municipal.

Los senderistas se llevan apenas puñados, pero hay visitantes de fuera de esta comarca de la provincia cargados con sacos que arrasan hasta cientos de kilos. Por eso, el Ayuntamiento de El Real de San Vicente distribuye estos fines de semana, hasta noviembre, unos folletos de advertencia en los que recalcan, entre otras cuestiones, que se trata de un recurso económico para las familias de la comarca y anima a comprar en los comercios locales este fruto.

El alcalde serrano indicó que hay unos 500 propietarios de castaños en toda la Sierra de San Vicente. Juntos suman una producción de entre 200.000 y 300.000 kilos, al margen de los frutos sustraídos. A una razón de entre 2 y 2,5 euros el kilo, supone un maná en esta comarca zarandeada por la despoblación.