'Tania', «la gallega toledana» que triunfó en el tango

ADOLFO DE MINGO / TOLEDO
-

Considerada por muchos estudiosos del repertorio clásico la mejor cantante de la historia del tango, nació en Toledo a caballo entre finales del siglo XIX y comienzos del XX. Convivió durante 24 años con Enrique Santos Discépolo (1901-1951)

‘Tania’ y Discépolo en Cuatro corazones, película argentina de finales de los años treinta. La pareja compartió numerosos proyectos hasta la muerte de él en 1951

El 2 de febrero de 1867, el Taller del Moro, convertido entonces en el Salón Elíseo, acogió una velada musical en la que participó la joven gaditana Eloísa d’Herbil (1842-1943), quien años después, convertida en la primera gran compositora de este repertorio, sería popularmente conocida en Argentina como ‘la Baronesa del Tango’. Algunas décadas después de esta actuación llegaría al mundo, en esta misma ciudad, Ana Luciano Divis (ha. 1900-1999), más conocida como ‘Tania’, considerada por muchos la mejor cantante de tangos. Conocida en los ambientes artísticos de Buenos Aires como «la gallega de Toledo», llegó a estar a la altura del mismísimo Gardel, quien bromeaba -según la autobiografía escrita por la propia ‘Tania’ en 1973, Discepolín y yo- con los orígenes no argentinos (Carlos Gardel era de procedencia francesa) de quienes eran los dos mayores tangueros de la historia: «Conmigo, de Toulouse, y una gallega, el tango se para».

Hija de Carlo Luciano, que según fuentes como el investigador Javier Barreiro era teniente coronel en el Toledo de finales del siglo XIX y comienzos del XX, en donde dirigía la banda municipal -no consta entre los expedientes del Archivo General Militar ningún oficial español que responda a ese nombre-, la joven Ana trabajó como cupletista en Valencia con el sobrenombre de ‘La Lucianito’. Posteriormente, ya casada con el guitarrista Antonio Fernández Rodríguez, se embarcó para Buenos Aires e inició una exitosa carrera como cantante de tangos que despegaría especialmente tras conocer, en 1928, a Enrique Santos Discépolo (1901-1951).

Dramaturgo, poeta, cineasta, actor y compositor -a él se deben algunos de los tangos más conocidos, como Cambalache (1934) o la letra más habitual de El Choclo (1947)-, Discépolo o Discepolín fue una de las personalidades artísticas más notables de Argentina durante la primera mitad del siglo XX. ‘Tania’, ya muy conocida tras cantar en el Follies Bergère de Buenos Aires, inició con él una prolífica relación sentimental y laboral que se prolongaría hasta la muerte de él en 1951.

La pareja viajó a España en 1935, actuando en espacios tan representativos como el Palacio de la Música de Madrid. Fue allí donde la descubrió la prensa toledana, desconocedora por completo de esta «ilustre paisana», a la que el periódico El Castellano consideraba «genial rapsoda del tango».

Aunque su carrera fue eminentemente musical y teatral, ‘Tania’ llegó a participar en tres películas a finales de los años treinta. La primera fue El pobre Pérez (1937), uno de los primeros trabajos de Luis César Amadori, cineasta que tras el golpe militar de Eduardo Lonardi trabajaría durante años en España, filmando películas como ¿Dónde vas, Alfonso XII? (1958), La violetera (1958) y El señor de La Salle (1964), entre otras. Las otras dos comedias en las que participó la pareja fueron Cuatro corazones (Enrique Santos Discépolo y Carlos Schlieper, 1939) y Caprichosa y millonaria (Santos Discépolo, 1940).

En 1993, casi centenaria -a punto de finalizar ese «siglo veinte, cambalache / problemático y febril» sobre el que tantas veces cantó-, Anita Luciano recibió en Madrid la Orden de Isabel la Católica de manos del rey Juan Carlos. Al parecer, tuvo tiempo en aquel último viaje a España de visitar Toledo y de sentarse a descansar en la terraza del bar Jacaranda, según recordaba recientemente el gerente del establecimiento, Ramón de Pablos, al periodista de ABC Mariano Cebrián.