Los resultados del Senado nunca son un calco de los que cada partido obtiene en el Congreso, pero en el caso de las elecciones generales de este domingo se registra una diferencia notable que contribuyó al atípico empate que se registró entre las dos fuerzas mayoritarias. Tampoco es frecuente un reparto igualitarios de los asientos del Senado que, de hecho, solo se había vivido en dos legislaturas a lo largo de más de cuarenta años de etapa democrática. La primera vez ocurrió todavía en tiempos de UCD, cuando los cuatro senadores de la provincia se repartieron a partes iguales entre este partido y el PSOE. La segunda ocasión fue en los comicios de 2004, cuando el empate se produjo entre PPy PSOE y se rompía la norma no escrita de que el partido más votado es el que consigue la mayoría del Senado. En este caso, el PSOE ha quedado segundo en el Senado y ha empatado a escaños, pese a haber sido el partido más votado al Congreso. Ha perdido además el tercer senador que sí obtuvo en los comicios del mes de abril. 

El trasvase de votos de Vox al PP contribuyó a ese resultado y mejoró de forma sustancial los resultados que los ‘populares’ obtuvieron en la Cámara baja. El partido de Abascal había presentado un único aspirante al Senado, dando con ello facilidades para apoyar a otras candidaturas y no disgregar el voto entre las formaciones de su espectro. La candidata de Vox conseguía más de 72.000 votos, 15.000 menos que los obtenidos por su partido en el Congreso de los Diputados.  

Mientras tanto,, José Julián Gregorio, el candidato más votado en las elecciones del Senado, mejoró en casi diez puntos los resultados de su partido en el Congreso, un 35,41 por ciento de los votos, frente al 25,99 por ciento.