La «magia» de los efectos especiales al desnudo en CiBRA

Mario G. Gutiérrez
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Los hermanos Abades brindaron un interesantísimo encuentro a medio millar de estudiantes sobre de la industria de los efectos especiales donde triunfan desde hace medio siglo

Los hermanos Abades brindaron un interesantísimo encuentro. - Foto: Yolanda Lancha

La mañana de ayer martes, seguramente no se les olvidará a los varios cientos de estudiantes del ámbito audiovisual que pudieron asistir a un encuentro con 'Reyes Abades Efectos Especiales'.

Óscar y César Abades, hijos del mítico Reyes Abades, llevan por bandera la «pasión» que su padre les inculcó por los efectos especiales. Hablar de Abades y efectos especiales, es mencionar a un pionero en la industria de nuestro país y una trayectoria de casi medio siglo  de «mentiras compulsivas» que suponen los efectos especiales, haciendo parecer real, lo que simplemente es el fruto de un trabajo laborioso y esmerado.

Ganadores de nueve premios Goya, por su trabajo en "¡Ay, Carmela!", "Beltenebros", "Días Contados", "El día de la bestia", "Tierra, Buñuel y la mesa del rey Salomón", "Lobo", "El laberinto del Fauno", "Balada triste de trompeta" o "Alatriste". La experiencia de Reyes Abades en el campo de los efectos especiales comenzó en septiembre de 1968, colaborando con empresas españolas, italianas, americanas y francesas. 

Casi medio siglo de trayectoria y 9 Premios Goya les avalanCasi medio siglo de trayectoria y 9 Premios Goya les avalan - Foto: Yolanda LanchaEn ese periodo inicial, tuvo ocasión de trabajar con profesionales de muy variada índole, adquiriendo la base y preparación necesaria para formar su propia firma, la cual vio la luz en 1979. Desde entonces, además de la dedicación a la industria cinematográfica nacional e internacional, han colaborado en publicidad, televisión, espectáculos audiovisuales, parques temáticos y grandes eventos.

Tras el fallecimiento del fundador, ahora son sus hijos los que como los magos «sin desvelar sus trucos» quisieron acercar a casi medio millar de personas su experiencia, saber y trayectoria en la ficción.

Cuando un guión cae en sus manos, lo primero es reunirse con el director porque «una explosión puede concebirse de muchas maneras» y es necesario matizar, teniendo siempre claro que «la seguridad es lo primero», lo que les lleva a realizar meticulosos planes de rodaje indicando los riesgos de cada escena y del que dejan un consejo a todos los equipos con los que graban «siempre tres metros más lejos que nosotros» y así no habrá sorpresas desagradables.

De reconocida trayectoria, son innumerables las películas y publicidades en las que estos dos hermanos han participado. Tanto es así que durante más de dos horas, la perplejidad de los presentes no fue interrumpida más allá de alguna ovación.

Anécdotas como la de la llama Olímpica de Barcelona 1992, y las «miles de flechas usadas» puesto que «el calor combustiona, y eso provocaba una  curvatura que había que evitar» o «las toneladas de polvo que fueron necesarias para rodar 'Zona hostil', un largometraje rodado en el desierto de Tabernas inspirado en hechos reales que le sucedieron al ejército español en agosto de 2012 al norte de Bala Murghab (Afganistán), y que necesitó coordinar helicópteros Super Puma y Chinook, a los que hubo que hacer maquetas para simular  los accidentes. Temáticas muy variopintas que les dejan experiencias de «barro hasta las rodillas», jornadas maratonianas de trabajo, «mucho frío y calor tremendo en la misma semana» o recuerdos como la seriedad e implicación de la Legión durante el rodaje almeriense.

No se rehuyeron los temas de actualidad y el reciente accidente durante el rodaje de 'Rust', y el fallecimiento de la directora de fotografía Halyna Hutchins. Para los hermanos Abades, que también cuentan con armero propio, «es algo totalmente evitable» puesto que en su caso, «jamás se usan armas de verdad», y explicaron como las balas son de fogueo, o incluso a veces de plástico, y en caso de tener que ser reales, siempre son vaciadas previamente. Reconocieron también, que influye mucho las localizaciones y las leyes de los países o territorios en cuanto a armas, y que en ocasiones «hay que tener plan A, B, C o Z» puesto que nunca sabes lo que puede fallar, o en el caso de rodar en el extranjero, con las limitaciones que te puedes encontrar, de permisos, costes o existencias de material.

La aparición de los efectos digitales, la evolución de los efectos especiales que han pasado de «ser parte del equipo de arte, a ser una partida propia» y que muchas ocasiones sustituyen el material explosivo por aire a presión para dotar de mayor seguridad a las actuaciones, fueron otros de los temas que desgranaron. 

Todo ello, y cómo «la habilidad y destrezas con las manos» juega un papel fundamental en su día a día, despertando el interés de los estudiantes que concluyeron en un distendido turno de preguntas, en el que los hermanos Abades confesaron que «muchas veces hacen posible las peticiones imposibles», y se refirieron a la lucha contra la concepción de los ingenieros que «plantean un mecanismo para que preste un servicio o cumpla una función durante X tiempo» y sin embargo, en efectos especiales «preparamos cosas durante meses, para que duren 3-4 segundos».

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