Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


Ismael, el Mediasnoches

13/10/2021

Ismael, el Mediasnoches, desde chico tuvo una vena mística. A ratos se quedaba transido y daba en hacer visajes y en decir frases inconexas. Si era la primera vez que lo veías en trance te quedabas un poco acojonado, esa es la verdad. Daba miedo. Sobre todo por cómo revolvía los ojos. Los episodios igual que le venían se iban. Apenas dejaban rastro. Quedaba un poco derrotado, sin fuerzas, eso sí, pero fumaba un par de cigarros con ansia y mano temblorosa y a otra cosa mariposa.
-Mediasnoches, ¿qué ves?
-Espíritus –respondía con flojedad.
-¿De quién?
-De quién coño va a ser… de muertos.
-¡Ah!
Estando en COU se le apareció el espíritu de un difunto y le dijo todas las preguntas de un examen de Historia de España. Preguntas largas para elegir una: Regencia de María Cristina o Primera República. Preguntas cortas: Pi y Margall, Desamortización de Mendizábal, Facción Viluma, la expedición a Cochinchina y el movimiento cantonalista. Por si las moscas, repasamos la información. ¡Joder! Lo clavó. Salieron todas. ¡Y en el mismo orden! Así que después de la experiencia lo traíamos frito para que se pusiera en contacto con más espíritus caritativos que le chivaran las preguntas de todos los exámenes. 
-Anda Ismael, coño, pero que te cuesta. No seas así…
Pero no hubo suerte. Algún soplo menor que terminó en medio fracaso o fracaso entero. Pepe Murga dijo que nos dejáramos de hostias, que lo que tenía que hacer, en vez de lo de los exámenes, era centrar todos sus esfuerzos contemplativos en adelantar los resultados de la quiniela. Así que organizamos varias sesiones en su casa con ambiente preparado ad hoc. Después de cuatro intentonas fallidas porque no le venía el punto, Ismael, el Mediasnoches, fue cantando los pronósticos de la fetén, en aquellos partidos que planteó alguna duda jugamos un triple y dos dobles. Escote y a sellar en el Patronato de Apuestas Mutuas Deportivo-Benéficas, vamos en las quinielas de la calle Barrio Nuevo, entonces no había otras. Emoción intriga, dolor de barriga… No acertó ni la del triple. Estuvimos quince días sin hablarle. Él se defendía argumentando que los espíritus no entendían de fútbol. Le perdonamos, qué íbamos a hacer. Años después confesó que había encontrado en la basura el negativo de la cicloscil del examen de Historia. Jodido cabronazo.

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