La tauromaquia florece en otoño en Talavera

Mario Gómez / TALAVERA
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Una buena corrida de Juan Pedro Domecq permite el triunfo de la terna que se repartió ocho orejas y un rabo, con un toro de vuelta al ruedo ante unos tendidos abarrotados. A pesar del otoño, la primavera taurina floreció en Talavera

La terna abandonó La Caprichosa en hombros. - Foto: M.G.G.

La Caprichosa fue un clamor cuando "su" Rufo se fue a los medios a brindar la muerte del tercero. Sin duda Tomás es uno de los culpables de la vuelta de la afición al coso del Parque del Prado. Otro podría ser Antonio Rubio y su apuesta de aficionado, que comienza a ver sus frutos con un merecido "No hay billetes". Luego Rufo se echó de rodillas para torear en redondo, como había hecho en el inicio para recibirlo con el capote con una larga cambiada. Le cogió perfectamente el tempo al juanpedro, que volvía a ser una ganadería de garantías, y el jabonero que hizo tercero tenía material suficiente. Lección magistral Rufo en cuanto a terrenos, distancias y cites aprovechando el recorrido, inicial, el arrimón final, y el cierre por luquesinas, para pasear un trofeo.

El sexto pareció tener algún problema de visión y cuando se quedó Tomás a solas con él, pareció centrarse en los chismes del toledano para lograr una faena lucida nate un público que estaba muy con él. Tomás hizo un ejercicio de creer y logró una faena brillante, afianzando al animal en las cercanías y rubricándola con una gran estocada que le valió dos orejas.

El cuarto hizo las cosas muy bien de salida y El Juli lo cuidó en el caballo. Brindó muy animoso el público y no dejó nada a la suerte, colocando la montera boca abajo. Luego se fue con él al tercio y comenzó doblándose por bajo. Hacía cosas extraordinarias 'Saltamontes', y Julián lo embarcaba y llevaba muy largo, el animal respondía y el torero aprovechó para gustarse y torear a placer. El Juli le dio distancia y lo llevó de forma muy torera, más rotundo y abandonado que nunca, reverdeciendo laureles, aprovechando la fijeza y la prontitud de su oponente. Hubo conato de petición de indulto que El Juli acalló con acierto de una rotunda estocada. Se reencontró consigo mismo, con su tauromaquia y con la suerte suprema. Paseó un rabo de justicia.

La tauromaquia florece en otoño en TalaveraLa tauromaquia florece en otoño en TalaveraEl Juli brindó el primero de Juan Pedro Domecq a Pablo Lozano hijo. Un toro noble al que el madrileño cuidó desde la media altura en un inicio sin apretar demasiado. Se gustó Julián en una faena que fue a más y en la que logró pasajes por momentos de abandono, muy jaleados por una plaza abarrotada. Mató a la segunda y paseó una aclamada oreja.

El bonito burraco que hizo quinto respondió bien en la muleta de Manzanares en un trasteo en el que el alicantino corrió la mano con firmeza por el derecho y hubo de tener más precauciones por el izquierdo. Había brindado a El Juli, y quiso honrar el brindis con una faena elegante en la que alternó ambos pitones y con la que pudo haber sumado algún trofeo más de haber estado acertado con los aceros.

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El segundo de la tarde fue un muy bonito animal, de hechuras envidiables y bastante bravo. Ante él, Manzanares compuso desde el saludo con el capote hasta la faena de muleta, donde en un principio faltó reunirse con él, pero a medida que lo fue ahormando, fue aumentando el ajuste hasta lograr pasajes muy vistosos, con un soberbio cambio de mano. Manzanares se aburrió demasiado pronto, como si apático se encontrase, teniendo aún mucho por dar 'Navegante'. Mató recibiendo de una estocada que se fue baja, y paseó doble trofeo.